La discoteca Brisas del Caribe se defiende. El club de ocio nocturno que encajó una macrorredada el pasado fin de semana asegura que las armas que se incautaron los Mossos d'Esquadra "se encontraban en un cuarto y perfectamente retenidas porque las habían interceptado los controladores de acceso".
En un escrito de alegaciones al que ha accedido este medio, el negocio recuerda que tiene "detector de metales" en la puerta, lo que ayuda al local a impedir que las armas entren en el establecimiento. Es, dicen, lo que ocurrió la semana. Los objetos punzantes estaban en un cuarto porque el control de acceso las detectó y guardó.
"Se garantizó la seguridad"
Con ello se "garantizó la seguridad" de los clientes, pese a que los Mossos "filtraron a la prensa" que habían hallado armas blancas en Brisas. "Gracias a contar con dicho elemento detector, se está garantizando la seguridad de los usuarios", subraya la discoteca.
El club también enfatiza que las armas intervenidas no pertenecen a los controladores de acceso "ni son para su uso, como pudiera deducirse del redactado del acta" policial.
Archivo del expediente
Así las cosas, desde el negocio situado a pie de la avenida Paralelo admiten que la policía catalana se incautó de diversos objetos, como una "navaja de cinco centímetros y un cuchillo de sierra", pero éstos estaban en un cuarto, y custodiados por los controladores.
Por ello, el establecimiento pide que se "archive" cualquier actuación que se derive de la citada inspección, que llegó a supervisar el propio comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent.