Los catalanes mayores de 65 años son los que más discuten y de forma más agresiva por cuestiones políticas en redes sociales, según el informe Comentarios negativos en las redes sociales, de la Universidad de Deusto y la Fundación MAPFRE.
El estudio también revela que el enfado es la emoción que conduce en mayor medida a realizar comentarios negativos. En este sentido, son los mayores de 45 años quienes lideran en toda España la disputa en redes. No obstante, es a los jóvenes a quienes más afectan las críticas negativas en la red.
Las mujeres sufren más
La investigación es fruto de una encuesta realizada a 2.520 adultos en todo el territorio nacional y su objetivo es determinar las consecuencias de este tipo de mensajes en la salud mental, emocional y física de los diferentes usuarios de redes sociales.
Un 54% de mujeres reconocieron sufrir por culpa de mensajes nocivos en las redes, mientras que a los hombres no les afecta tanto y solo un 34% afirmó sentirse angustiado después de recibir alguna crítica. En el caso de ellas, la mayoría de ataques que sufren tienen que ver con cuestiones sexuales o físicas, generalmente, por parte de hombres.
Problemas de sueño y alimentación
Este tipo de comentarios provoca una pérdida de seguridad, según el 22% de mujeres, un sentimiento que solo el 8% de hombres reconoce tras ser criticado en las redes sociales. Otros participantes dijeron haber sentido miedo en algún momento tras algún altercado en internet (el 6% de mujeres y el 1% de hombres).
Un dato significativo que arroja el estudio es que hasta 10 de cada 100 mujeres reconocieron haber sufrido problemas de alimentación por culpa de una mala experiencia en redes y el 15% aseguró no haber conciliado el sueño después de un mal comentario. En el caso de los hombres, solo un 2% perdió el apetito y el 9% tiene problemas para dormir cuando alguien le ataca en el mundo virtual. También las mujeres sienten más tristeza y nervios por culpa de las redes sociales, en un 22% y 25% respectivamente. Estos porcentajes doblan, literalmente a los que revela el género masculino, que admitió sentir tristeza en un 11% de los casos y nerviosismo en un 12%. Asimismo, las mujeres tienden más a compartir sus problemas en internet, en un 22% de casos, mientras que solo el 11% de los hombres hablan de estas cuestiones en redes sociales.
Acoso en redes
Por otra parte, sostiene el estudio, "el acoso en redes sociales abarca diferentes situaciones, desde insultar, amenazar, difundir falsos rumores y hasta suplantar identidades, acciones que por lo general se llevan a cabo mediante comentarios o mensajes privados" y que realizan en mayor medida los hombres, un 16%, frente al 9% de mujeres. Ellos se pelean, en un 52% de los casos por cuestiones políticas, así como contenidos para criticar una idea, en el 47% de ocasiones. Ellas, en cambio, tienen más discusiones por diferencias a ideas.
El estudio determina también que a la hora de recibir un comentario generalmente se responde de forma breve e indiferente, en un 39% de ocasiones, mientras que el 38% de usuarios bloquea y borra el comentario. Además, los jóvenes muestran "mayor reactividad emocional" que los mayores de 35 años cuando reciben un comentario negativo. El 50% de mayores de 35 años afirma que el comentario negativo "no tuvo ningún impacto", mientras que, entre los jóvenes, el 34% reconoció que no les afectó. Respecto a la edad, los jóvenes presentan niveles más altos de regulación emocional y estrategias que permiten afrontar mejor este tipo de mensajes porque están "más acostumbrados" que los mayores a las redes sociales, pero las personas entre los 18 y 35 años sufren niveles mayores de estrés, depresión, ansiedad, insatisfacción corporal y afecto negativo que el resto.
Educación y apoyo
Los autores del informe sostienen que "la educación y el apoyo se convierten en los mejores aliados para poder enfrentarse a esta oleada de odio en las redes sociales, una realidad palpable, que genera malestar general y empeora la calidad de vida, y que puede llevar a situaciones complicadas de ansiedad y depresión". Asimismo, consideran necesario aprender a gestionar situaciones de enfado, decepción, rabia y frustración para "ser capaces de inhibir conductas destructivas y nada adaptativas como la publicación de comentarios negativos".
Entre las herramientas de ayuda, proponen promover la expresión de dichas emociones de una manera "sana", que no implique infligir conscientemente daño a otra persona; y "hablar del suceso y compartir la experiencia con personas cercanas y que sepan escuchar". Finalmente, defienden una regulación más estricta sobre cómo actuar ante situaciones de acoso y que las futuras políticas aboguen por la protección del usuario y promuevan que las redes sociales ejecuten un filtrado de contenido violento, innecesario y que afecta a la salud de la persona.