La llegada del Covid en 2020 impulsó y aceleró notablemente la transformación digital que muchos sectores profesionales habían ido retrasando. La sanidad española no escapó a esto y tuvo que implementar cambios profundos en cuanto al comportamiento digital casi de la noche a la mañana.
Lo que en principio era un parche para sortear la no presencialidad a la que obligaba el confinamiento se convirtió en una gran oportunidad, tanto a nivel público como privado, que llegó para quedarse.
Tendencia consolidada
Pese a que este acelerón en la digitalización de la sanidad supuso un reto mayúsculo en nuestro país, tal y como reconoce el doctor César Morcillo, director del hospital digital de Sanitas, “visto con perspectiva, la atención médica digital ya es una realidad cada vez más utilizada por pacientes y médicos”, señala. En Sanitas, durante 2021 se registraron un total de 780.000 videoconsultas, un 22% más que el año anterior. “Es indudable de que se trata de una tendencia cada día más consolidada”, añade.
El neuropediatra Manuel Antonio Fernández, que desde 2015 ofrece servicios de telemedicina, cree que, para poder aprovechar una oportunidad de digitalización de tal calibre, hay que contar con un bagaje previo mínimo “que te permita comprender cómo puede ayudar, de verdad, la tecnología a los pacientes y a los profesionales”. Sólo así se podrá desarrollar un modelo de atención “realmente útil con una perspectiva 360 y con un alcance global en condiciones de omnicanalidad y oferta 24/7/365”. Algo que, de momento, no parece haberse logrado. “Los cambios se han quedado en llevar a la distancia la atención convencional, lo que para algunos aspectos es un avance, pero, para otros, se convierte más bien en un retroceso”, sentencia Fernández.
“El nuevo paradigma de la medicina moderna”
Aun con sus fallos y posibles mejoras, este experto neuropediatra admite que la sociedad ha descubierto de forma masiva los beneficios y las ventajas de la telemedicina. “Se han perdido los miedos infundados sobre la seguridad y eficacia de la atención sanitaria online y, a fecha de hoy, se ha convertido en el nuevo paradigma de la medicina moderna”.
Si hablamos de beneficios, los números hablan por sí solos en cuanto a sostenibilidad. Según datos del informe de Sanitas “Impacto de la telemedicina en la reducción del CO2”, sólo en 2020 los pacientes de Sanitas evitaron la emisión a la atmósfera de más de 6.655 toneladas netas de CO2 gracias al uso de la videoconsulta y a la descarga de informes médicos en formato digital. Sobre los beneficios más perceptibles para el usuario, la medicina digital ofrece, detalla Morcillo, “una mayor optimización del tiempo y el esfuerzo, sobre todo para aquellos que tienen problemas de movilidad; ayuda a que los tratamientos sean más adecuados, pues la tecnología facilita que los diagnósticos sean más precisos; y, por último, posibilita un descenso de la brecha sanitaria, ya que cualquiera puede tratarse en una clínica especializada sin la necesidad de tener que desplazarse hasta ella.
Muchos pacientes retrasan de forma deliberada su visita presencial al médico, lo que, en algunos casos, termina con un diagnóstico fatal. ¿Está ayudando la medicina digital a poder diagnosticar enfermedades a tiempo? “Hoy en día contamos con tecnología que nos deja monitorizar diferentes aspectos de la salud a distancia, a lo que le sumamos la comodidad de poder hacer una consulta desde casa sin desplazamientos. La respuesta está clara: sí”.
El papel de la Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial (IA), el Big Data o los dispositivos wearables tienen en la medicina digital un papel fundamental, que permiten una monitorización más precisa de la salud y facilita que los tratamientos y cuidados sean mucho más personalizables. “Los pacientes son protagonistas de su propio bienestar y pueden hacer seguimiento de los tratamientos y tomar decisiones con una información mayor y de forma más sensata”, sostiene el doctor Morcillo.
Pese a que los usuarios que más solicitaron cita digital con Sanitas fueron aquellos con edades comprendidas entre los 30 y los 39 años (54.812 citas digitales), la transformación digital también ha llegado a los mayores de 70 años, que realizaron durante 2020 más de 18.000 citas por vídeo.
Giro digital insuficiente en la sanidad pública
Si la sanidad privada ha cogido velocidad de crucero en cuanto a digitalización, la sanidad pública --opina el doctor Fernández-- sigue yendo unos pasos por detrás. Este neuropediatra se refiere a la politización y la burocracia como uno de los problemas crónicos de la sanidad pública. “Aunque suene feo y duro decirlo, el sistema sanitario ha dejado de tener como prioridad cuidar la salud de las personas a hacerlo con el menor coste posible”.
Desde Sanitas apuntan a la necesidad social de una colaboración público-privada que permita avanzar de manera decisiva “de una medicina que cura a una que previene”. Para ello, concluye el doctor César Morcillo, es imprescindible valerse de las oportunidades que ofrece la medicina digital para formar un sistema de salud sólido que mejore el acceso a la atención sanitaria en el medio-largo plazo.