“No sabes lo que daría por ver ahora a Levi”, expresa Julie Davis, la madre de Levi Davis, el jugador británico de rugby desaparecido en Barcelona, mientras cruza el paseo de Colom, a pocos metros de donde se perdió el rastro de su hijo el pasado 29 de octubre. Quiere creer que está secuestrado, y añade, en conversación con Crónica Global, que el joven sufrió chantaje por su bisexualidad reconocida.
Julie se trasladó desde su ciudad natal, cercana a Birmingham (Reino Unido), hasta la capital catalana para denunciar formalmente la desaparición de su hijo, aunque ya lo había hecho en su país. Sin embargo, tras el Brexit y la salida de Reino Unido de Europol, los Mossos d'Esquadra no estaban al tanto de la denuncia. “Quería visitar Barcelona, pero nunca pensé que sería en estas circunstancias”, expresa apenada. Julie vio por última vez a Levi el 24 de octubre, justo antes de que se fuera de viaje a Ibiza a pasar unos días en la casa del amigo que hoy la acompaña.
La última conversación de Levi Davis y su madre
Desde allí, cogió un ferri a Barcelona. “Me envió un vídeo desde el barco diciendo: ‘Mira, mamá, qué bonito es esto’”. Aparentemente, expresa Julie, no había nada de qué preocuparse. Para su estancia en la capital catalana cogió solo una mochila. La mayor parte de su ropa, su cepillo de dientes y su neceser se quedaron en la casa de su amigo, a la que nunca regresó. Se llevó consigo unas 30 libras para quedarse en un hostal, como había hecho anteriormente en sus viajes por Europa. “Me dijo que no me preocupara, que si necesitaba algo se lo pediría a sus amigos. Esa fue nuestra última conversación”, relata.
El rastro de Levi Simeon Davis se evaporó ante el Hard Rock Café de la plaza Catalunya tras tomar algo cerca de allí, en el Old Irish Pub de Las Ramblas, la noche del 29 de octubre, donde grabó un vídeo e hizo una llamada. Salió solo de allí. Lo saben porque las cámaras de seguridad lo captaron abandonando el local caída ya la noche y, posteriormente, apareció delante de la cadena de restaurantes rockera en dirección a la plaza Urquinaona. A partir de ese momento, su rastro se disipa.
"Lo llamo cada día"
Ahora, los Mossos d’Esquadra, que abrieron una investigación de oficio por la presión mediática, revisan contra reloj las cámaras de la zona para reconstruir sus pasos e intentar dar con su paradero. “Estoy muy agradecida con la policía y con el Consulado General de Reino Unido en Barcelona por lo que están haciendo por nosotros. Los Mossos están revisando todas las imágenes de seguridad, pero esto llevará su tiempo”. Por eso, piden que si alguien cree haberle visto o puede aportar cualquier tipo de información, se pongan en contacto con ellos a través del correo que han habilitado para tal efecto: findlevidavis@gmail.com.
No son las únicas gestiones que realizan. La policía catalana ha comprobado si desde entonces Levi Davis ha hecho alguna gestión bancaria, pero desde el 29 de octubre no se han registrado movimientos en sus cuentas. Los investigadores también intentan averiguar cuáles fueron las últimas personas con las que habló por teléfono y examinan sus interacciones en redes sociales. “Su móvil se apagó poco después de salir del pub irlandés. Lo llamo cada día, pero nada de nada”.
Atravesaba una depresión
La información de su teléfono, apunta la madre, es especialmente relevante puesto que, según él mismo le relató, recibió chantaje tras hacer pública su bisexualidad. De hecho, recuerda Julie, hace un par de meses mencionó que estaba recibiendo blackmail. El joven decía que había recibido mensajes subliminales, pero su relato “no tenía una base sólida”.
La madre cree que desde ese momento a Levi le rondaba la idea de que estaba siendo perseguido y chantajeado por su orientación sexual. “Estaba deprimido y recibía tratamiento”, confirma, la misma medicación que se dejó en Ibiza junto al resto de sus enseres personales.
"Temo un secuestro"
Por eso, expresa, no cree que se trate de una desaparición voluntaria. “Él tenía muchos miedos, decía que estaba siendo perseguido, pero no le hice caso”. Dos semanas después sin noticias de él, su madre confiesa que ha empezado a cavilar sobre esta misma idea. “Me pregunto si estará secuestrado”, asegura. “Cuando me lo contó le dije: ‘No seas tonto’, pero ahora temo que haya pasado”. Sin embargo ni la familia ni los amigos han recibido ninguna llamada o mensaje.
“Tiene amigos en muchos lugares de Europa y hemos ido hablando con ellos por si alguien sabe algo. Levi es muy popular, muy amable y cuidadoso. Estamos recibiendo mucho apoyo de todos ellos y también del resto de la familia”, expresa Julie, que tiene claro que Levi no se ha ido por su propio pie. Hasta la fecha había estado, a lo sumo, uno o dos días sin comunicarse con su familia, pero esto, dice, “no es propio de él”.
Problemas financieros
Además del hate que recibió a través de las redes sociales, Levi tenía otras preocupaciones. Se había lesionado y “el club le debía una nómina”. Por eso, había recurrido a su familia y amigos para que le prestaran dinero. “Prometía que lo devolvería, pero no se materializaba y esto lo frustraba porque no podía cumplir con su palabra. Pero esto fue solo la punta del iceberg, tenía mucha presión encima”, expresa su madre.
En la actualidad Levi ya no jugaba al rugby por las molestias en la pierna y estaba plenamente volcado en su carrera como cantante. De hecho, llegó a participar en Factor X, donde adquirió mucha popularidad. “Ahora se dedicaba a la música y a viajar para aclarar su mente”, relata.
"Soñaba que Levi aparecía"
Julie, que abandonará Barcelona este sábado, rememora constantemente el momento en el que conoció la noticia: "Me quedé en shock. Quería creer que nada de todo esto había sucedido”. Desde entonces no ha vuelto a dormir por las noches. Cuando el sueño la vence, sufre pesadillas. “Tuve sueños buenos, en los que Levi aparecía. Pero eso fue al principio, los primeros días. Esto es abrumador. Lo único que puedo hacer es rezar y mantener la esperanza”.