La fiscalía ha solicitado al juez que instruye la causa contra la expresidenta del Parlament Laura Borràs por presuntamente fraccionar contratos cuando dirigía la Institució de las Lletras Catalanes (ILC) que aparte de la investigación a Emilio Hellín Moro, el perito contratado por la defensa de la neoconvergente. Precisamente sobre este informe se sostiene la estrategia de defensa de Gonzalo Boye, que intentará demostrar que los emails compartidos entre Laura Borràs e Isaías Herrero, que comprometen a la expresidenta, se obtuvieron sin un aval judicial.
En el escrito de la fiscalía, al que ha tenido acceso ElDiario, el ministerio público considera que “quien ha transgredido la ley y el derecho de esta forma no puede ser considerado como cooperador válido en ningún acto u efecto en la justicia”. Así lo ha solicitado al sospechar que Luis Enrique Hellín no es otro que Emilio Hellín, el asesino confeso de Yolanda González.
Asesino de una estudiante
Emilio Hellín, ultraderechista e integrante de Fuerza Nueva, fue condenado a 43 años de cárcel por secuestrar, torturar y asesinar a la estudiante Yolanda González, de 19 años, en 1980. Lo hizo con el falso pretexto de que, por ser vasca y de izquierdas, militaba en la banda terrorista ETA.
La noche del 1 de febrero un comando de extrema derecha llamó a la puerta de González, que militaba en el ya desaparecido Partido Socialista de los Trabajadores (PST), de ideología comunista. Tras abrir la puerta, varios hombres la secuestraron y la trasladaron hasta un descampado de Madrid. Allí, Hellín le descerrajó dos tiros. Su compañero, también integrante de Fuerza Nueva, la remató disparándole una tercera vez.
Prófugo de la Justicia
En 1982 la Audiencia Nacional condenó a Hellín a 43 años de cárcel por una ejecución atroz que conmocionó al país en plena Transición. Para muchos Yolanda González es, de hecho, la última víctima del franquismo. Después de cinco años en prisión Hellín obtuvo un dudoso permiso penitenciario de seis días, que aprovechó para fugarse a Asunción (Paraguay) con su mujer e hijos. Allí residió hasta que la Interpol lo detuvo dos años después, en 1989. Un año después, Hellín fue entregado a España y cumplió otros seis años de cárcel.
Tras su salida de prisión, se cambió el nombre de Emilio por el de Luis Enrique. Desde entonces, con esta nueva identidad, trabaja como perito judicial experto en análisis informáticos. En 1998 fundó el Laboratorio Net Computer Forensies con su hermano Juan José Hellín, y su sobrino, Jonathan Hellín. A pesar de que Emilio Hellín ha prestado sus servicios como perito forense en múltiples causas mediáticas, llama la atención que no hay ni rastro de su nombre en la web. Tampoco en LinkedIn, donde ha evitado poner una foto personal y se hace llamar Luis Helling.
La familia se desvincula
Los que sí aparecen todavía en la web de la compañía son su hermano y su sobrino, que a preguntas de Crónica Global se desvinculan de la empresa familiar. "Yo ya no pertenezco a la empresa, no sé nada de eso", expresa su hermano Juan José. Preguntado sobre si está al corriente de la petición de la fiscalía de apartar a Emilio Hellín, Juan José dice no saber nada de su hermano. "No sé si trabaja como perito ni qué casos lleva. No hablo con él desde hace dos meses", responde atropelladamente antes de colgar.
En la misma línea, Jonathan Hellín asegura desconocer los informes periciales que elabora su tío. "No sé de qué me habla, no puedo entrar a valorarlo". Preguntado sobre si Emilio Hellín trabaja con ellos en la empresa familiar prefiere no pronunciarse: "Pregúnteselo a él. Yo no trabajo en Net Computer Forensies S.L", expresa, declinando responder por qué figuran entonces su nombre y el de su padre en la página web actual. El sobrino, que evita entrar a hacer cualquier valoración sobre Emilio Hellín, precisa que solo trabajan con la empresa familiar "cuando se lo piden" e insiste en remitir a este medio al contacto de prensa, que al cierre de esta edición no ha dado ninguna respuesta.
Boye justifica su elección
Emilio Hellín ha prestado sus servicios como perito forense en el caso Taula, contratado por la defensa del cuñado de Rita Barberá, y del que el asesino de Yolanda González fue apartado por el juez. También fue perito en el caso Bretón, y en el caso Villarejo, en el que trató de desacreditar unos audios como prueba de cargo. En el caso Máster, fue perito de la defensa de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes. También ha impartido cursos en el pasado a fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, aunque desde el Departament de Interior aclaran a preguntas de Crónica Global que "en el Instituto de Seguridad Pública (ISP) no figura que hayan impartido formación como docente" a los Mossos d'Esquadra.
Ahora, ha sido Gonzalo Boye quien ha depositado su confianza en Hellín. En un escueto tuit, el abogado se ha justificado alegando que su elección se ajusta a “decisiones técnicas” y que si han contratado al asesino confeso es porque está entre “los mejores”. “La fiscal conoce su identidad desde hace dos años, no le molesta el pasado sino las conclusiones a las que ha llegado. Es una cortina de humo”, ha expresado el abogado de Borràs.
Dudan de su fiabilidad
Sin embargo, la fiscalía sostiene que la persona que se encargue del peritaje “debe ser apta para realizarlo tanto por su trayectoria profesional como personal”. Con respecto a la segunda, el ministerio público considera que los graves antecedentes de Hellín “condicionan la fiabilidad y credibilidad de las conclusiones que se pretenden transmitir”, reza el texto al que ha accedido el ElDiario.
No parece que una persona con sus antecedentes, continúa, “pueda aportar un informe a la causa que disponga de credibilidad y aptitud, pues no solo fue condenado por delitos graves sino que también habría sido un prófugo de la justicia”. Por todo esto, la fiscalía solicita al instructor que se cotejen las identidades de Emilio y Luis Enrique Hellín para determinar si son la misma persona y comprobar sus antecedentes penales. De tratarse del asesino confeso, pide que lo aparte, aunque no se opone a que el otro perito que firma el informe presente las conclusiones del mismo.