La Guardia Urbana de Barcelona (GUB) ha iniciado una prueba piloto para detectar armas blancas en las calles de Barcelona, a raíz de los episodios de violencia registrados en las últimas semanas que se saldaron con la muerte de dos jóvenes de 19 años en la Ciudad Condal: uno durante las fiestas de la Mercè y de otro frente a la discoteca Brisa del Paral·lel.
La preocupación por el incremento del porte de armas blancas entre los más jóvenes, sobre todo en los ambientes de ocio nocturno, como explicó este medio, ha hecho estallar a los sindicatos policiales, que han pedido medidas urgentes para frenar este fenómeno. Aunque no son motivo de alarma ni se debe legislar en caliente, sí son un dato más para "reflexionar sobre si hace falta actuar". Sobre todo para evitar la proliferación de armas en el ocio nocturno por la sensación de inseguridad que esto produce, expresaba Antonio-Andrés Pueyo, catedrático de Psicología de la Violencia de la Universidad de Barcelona (UB) y director del Máster de Psicología Forense y Criminal.
Palas detectoras de metales
Este escenario ha llevado a la Guardia Urbana de Barcelona a repartir entre una decena de comisarías 52 palas detectoras de metales para distribuir entre sus coches patrullas, según ha avanzado La Vanguardia.
A falta del informe final, los resultados arrojados son positivos, por lo que la policía local se plantea añadir estas herramientas a los utensilios habituales de los guardias que trabajan en la calle, como informa el citado medio. Esto permitirá a los agentes actuar con mayor seguridad en el contexto de peleas multitudinarias y detenciones en la franja nocturna.
Cacheos en la calle
Estos artilugios, que pitan al detectar algún tipo de metal y que eran habituales en las comisarías, están siendo utilizadas desde hace un mes por las patrullas de la GUB durante los cacheos efectuados en la calle, en un procedimiento similar al que se somete a los pasajeros en cualquier aeropuerto.
Con esta medida se pretende, por un lado, proteger a los agentes de una posible agresión y, por otra, sacar de circulación el mayor número posible de armas de las calles de Barcelona.