Todos contra el maquinista. El conductor de un tren de Rodalies quiso abandonar anoche el convoy que manejaba antes de llegar a su destino en Puigcerdà (Girona). ¿El motivo? Su jornada laboral ya se había terminado.
El tren cubría el trayecto de la R3 entre L'Hospitalet de Llobegrat (Barcelona) y Puigcerdà, pero se demoró por falta de suministro eléctrico en la catenaria.
Retrasos por una avería
Esta incidencia dejó al convoy parado en el túnel de la Corba, en el municipio de Ripoll, a donde acudieron cuatro dotaciones de bomberos para evacuar a los pasajeros.
Cuando el tren retomó el trayecto y llegó a la estación de Ribes de Freser con bastante retraso, sobre las diez de la noche, el maquinista comunicó a los pasajeros que no seguiría hasta Puigcerdà porque había acabado su turno.
Motín de los pasajeros
Los pasajeros recriminaron entonces en grupo al maquinista quien, a la vista de la actitud de los usuarios, consultó con el centro de control de circulación si podía seguir trabajando.
Cuando le dieron autorización, el conductor concluyó el servicio hasta la última estación que limita con Francia.