La muerte fetal, aquella que se produce dentro del útero a partir de la semana 22 del embarazo, es una realidad que afecta a cerca de dos millones de mujeres cada año, según el último informe disponible al respecto. La pérdida de un bebé antes de un parto tiene, en la mayoría de las ocasiones, un impacto traumático en las mujeres y sus familias.
En España, cuando un bebé de más de 180 días nace muerto, la madre tiene derecho a recibir una prestación por nacimiento y cuidado del menor --la baja por maternidad--, con una duración de 16 semanas. Un derecho que los progenitores no gestantes de la criatura no tienen reconocido y que las familias afectadas llevan años reclamando.
Sentencia del TSJC
Aunque la Seguridad Social se viene oponiendo a conceder esta prestación a los padres no progenitores, se han dado diversos casos en los que la justicia ha dado la razón a las familias. El último ha sido en Cataluña, donde el Tribunal Superior de Justicia (TSJC) ha refrendado la sentencia de un juzgado de Mataró que avalaba la concesión de un permiso de paternidad a un padre cuyo bebé murió antes de nacer.
Con esta sentencia, el TSJC ha rechazado el recurso presentado por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) que se oponía a la primera resolución judicial. Una decisión que tanto asociaciones de afectados como sindicatos han celebrado: "Esta sentencia abre camino a un cambio en la doctrina del Tribunal Supremo para reconocer a los dos progenitores el permiso con la misma duración tras un hecho tan traumático como la pérdida de un hijo", aseguran desde CCOO, sindicato que participó en el caso.
El duelo gestacional
Noelia Sánchez, fundadora de la asociación Cor A Cor, un proyecto que ofrece "soporte emocional a aquellos que ven truncado su deseo de tener a un hijo en sus brazos", explica a Crónica Global que el problema radica en que los padres, que también "lo pasan muy mal", tienen que pasar sí o sí por la vía judicial para conseguir la baja. Un camino difícil que puede llevar meses, y que no todos los padres "tienen las fuerzas necesarias" en ese momento para afrontar los trámites.
En algunos casos, asegura, el médico de cabecera "comprensivo" firma una baja por depresión o ansiedad para que el padre pueda ausentarse del trabajo. Unos permisos que, aunque sirven de alternativa, tienen condicionantes distintos a las bajas laborales por paternidad. "El problema es que estamos patologizando el duelo gestacional. No es una enfermedad, es un duelo", explica.
Empoderar a los padres
"Aunque la sentencia dictada por el TSJC en Cataluña no es firme y no quiere decir que vayan a cambiar la ley, sirve para empoderar a los padres, que sepan que se puede conseguir", subraya Sánchez. Desde Comisiones Obreras recuerdan que las leyes no se pueden aplicar solo con un criterio literal, "sino que deben valorarse en relación a otros derechos y criterios interpretativos, como la realidad social y la dignidad de las personas".
La fundadora de Cor A Cor, que perdió a su bebé a los siete meses de embarazo, asegura que "las cosas están cambiando", y que cada vez se da más visibilidad a este dolor incomprendido tanto a nivel social como en los centros sanitarios. En este sentido, espera que dentro de unos años, las familias que se enfrenten a estas "tragedias" puedan llegar a disfrutar de una baja que, de momento, nunca llega.