El tabaquismo provoca cada año la muerte de ocho millones de personas en el mundo y más de 50.000 en España. Fumar está directamente relacionado con la aparición de muchas enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cancerosas. A pesar de todo, la realidad clínica que viven los médicos en las consultas es que un elevado porcentaje de pacientes no consigue o no quiere dejar de fumar.
Según la última Encuesta Sobre Alcohol, Drogas y otras Adicciones en España (EDADES), elaborada por el Ministerio de Sanidad, el porcentaje de fumadores españoles que no se plantean dejar de fumar se sitúa alrededor de un 40%, una cifra que va en aumento. Ante esta situación, cada vez son más los facultativos que empiezan a valorar alternativas en el abordaje al paciente fumador, basadas en la reducción del perjuicio, como son el uso de otro tipo de productos que disminuyen la ansiedad por fumar y, aunque no están exentos de riesgos, han demostrado ser menos dañinos que los cigarrillos convencionales.
Productos alternativos
Se trata de los productos de nicotina sin combustión: los cigarrillos electrónicos o dispositivos que calientan tabaco, entre otros. "A pesar de toda nuestra insistencia y esfuerzo en que los pacientes dejen de fumar y después de seguir todas las estrategias que están a nuestro alcance, hay un gran porcentaje de ellos que no pueden o no quieren dejar de fumar", explica a Crónica Global el doctor Vivencio Barrios, cardiólogo y médico adjunto del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
En este sentido, subraya que existen alternativas "que pueden ser una solución como última opción para aquellas personas que no logran dejar de fumar". Aun así, recuerda que "lo mejor es dejar el tabaco por completo" y que el uso de este tipo de dispositivos alternativos solo debe llevarse a cabo en pacientes que ya han probado otras técnicas de deshabituación tabáquica.
"Menos dañinas"
Barrios, que ha participado este jueves en la sexta edición del Congreso Internacional de Pacientes con Artrosis organizado por la Fundación OAFI, ha subrayado la importancia de "estar abierto a explorar alternativas sustitutivas menos dañinas", ya que solo 3 de cada 10 pacientes que están sometidos a un tratamiento para la cesación consiguen dejar de fumar.
Aunque no hay consenso respecto al uso de este tipo de productos alternativos entre los profesionales de la salud por sus efectos nocivos, existen numerosos estudios que ponen de manifiesto su utilidad para dejar el hábito de fumar. "Está demostrado que las alternativas libres de humo son un 95% menos perjudiciales que el cigarrillo tradicional", apunta Barrios. Eso sí, recuerda, no son inofensivas, pues siguen conteniendo sustancias químicas que pueden provocar enfermedades".
"No todo hace el mismo daño"
En 2019, surgió en España la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo para dar voz a esa parte de la comunidad médica que considera que las nuevas alternativas al tabaco tradicional deben ser entendidas como una tercera vía para aquellos fumadores que no pueden o no quieren dejar de fumar.
Esta asociación, compuesta por catedráticos, científicos y especialistas en tabaquismo, apuesta por favorecer la comunicación y la investigación sobre los productos de riesgo reducido y su efecto en la prevalencia tabáquica."Si no puedes dejar de consumir tabaco, deja de fumar cigarrillos y hazlo de una forma que sea menos perjudicial. No todo hace el mismo daño", concluye Barrios.