Ramón Vives es técnico de emergencias sanitarias. Con 17 años se subió por primera vez a una ambulancia y desde entonces ha dedicado toda su vida al transporte sanitario. Ahora tiene 62 años y, aunque ama su profesión, tiene claro que ya no puede ejercer su oficio como lo hacía antes: “Cuando era joven me comía el mundo, ahora el mundo me come a mí. Soy muy mayor para ejercer este trabajo”.
Después de más de 45 años trabajando, considera que ha llegado el momento de cerrar esta etapa y ha decidido solicitar la jubilación anticipada. La respuesta por parte de su empresa ha sido clara: no. Ramón es uno más de los muchos técnicos de emergencias sanitarias que luchan por conseguir que el Gobierno les incluya en el listado de colectivos que pueden acceder a la prejubilación, como es el caso de algunos cuerpos policiales y bomberos.
Otros convenios sí lo contemplan
De acuerdo con la legislación española, es posible rebajar la edad mínima de acceso a la jubilación en aquellas actividades profesionales que sean de naturaleza “excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad”. Así, pueden acceder a la jubilación anticipada los bomberos, algunos cuerpos policiales, trabajadores ferroviarios, trabajadores incluidos en el estatuto minero e incluso profesionales taurinos.
En este sentido, el colectivo de las ambulancias reivindica que ellos también cumplen los requisitos necesarios para poder acogerse a estos beneficios en su jubilación. “Las condiciones laborales de nuestro colectivo son especialmente duras y penosas a lo largo de toda nuestra trayectoria profesional. Además, se han visto agravadas por la pandemia”, explican fuentes de la organización sindical SINDI-CAT a Crónica Global.
Pérdida de facultades físicas
“Los técnicos de emergencias sanitarias estamos sometidos a un fuerte desgaste físico y psicológico a lo largo de nuestra vida laboral. Los índices de peligrosidad e insalubridad en nuestra profesión son muy elevados”, insisten. Desde el sindicato recuerdan que el factor edad incrementa la siniestralidad de forma notable, ya que condiciona la actividad del conductor, tanto para el propio trabajador como para los pacientes o usuarios de la carretera.
Desde CGT recuerdan que, a partir de una cierta edad, cargar con pacientes y sillas “por encima del peso legal”, subir escaleras de edificios sin ascensor o correr por la playa para socorrer a una persona en el mar "ya no es tan fácil" y aumentan las posibilidades de sufrir un accidente por causas atribuibles a la fatiga y la pérdida de facultades físicas en general.
Jubilación parcial
Por otro lado, denuncian que ya que no pueden acogerse al derecho de jubilación anticipada, al menos puedan acceder a la jubilación parcial, un derecho que está contemplado en el convenio colectivo del sector que se inicia tras cumplir los 60 años, de manera simultánea con un contrato de trabajo a tiempo parcial.
Asimismo, subrayan que la posibilidad de acceder a la prejubilación sería "una manera de rejuvenecer las plantillas" que beneficiaría directamente a los usuarios del servicio. Y lamentan que la petición continúa estancada y aunque aseguran que diversos partidos políticos apoyan su causa, ninguno mueve ficha para hacerla realidad.