La llegada de la menopausia supone el inicio de una nueva etapa en la vida de las mujeres. Pese a que mucho se ha hablado de sus síntomas, sobre todo en negativo, lo cierto es que estos pueden llegar a ser muy llevaderos --a veces hasta imperceptibles-- según los hábitos y el estilo de vida en que se llegue a esa etapa vital.
En nuestro país, el cese permanente de la menstruación debido a la pérdida de la actividad ovárica suele llegar de media a los 50 años. “Varían entre los 45 y 55 años según factores ambientales y genéticos”, explica la doctora Yaiza Fernández, ginecóloga y sexóloga en la clínica Anthea. Sólo el 6% de las mujeres tienen una menopausia precoz, es decir, antes de los 40 años.
Brusco descenso del nivel de estrógenos
Esta ginecóloga señala que durante la menopausia se van a empezar a producir cambios hormonales, principalmente una disminución del nivel de estrógenos. Esta modificación condicionará la aparición de los diferentes síntomas tanto a nivel físico como emocional. Entre los signos que nos deben poner sobre aviso, los más habituales son las alteraciones en el ciclo menstrual, el insomnio, que el cabello se vuelve más fino y quebradizo o sequedad cutánea.
La bajada en los estrógenos también implica una caída del colágeno, por lo que la piel se puede quedar menos tersa, más seca y se puede favorecer la formación de heridas o irritaciones. Este descenso hormonal intensifica, además, “la descalcificación del hueso, lo que puede llegar a causar osteoporosis, que hace que los huesos se vuelvan más frágiles y se puedan romper con mayor facilidad”, detalla la doctora Fernández.
Disminución de la libido
Otro de los síntomas clásicos es la disminución de la libido, relacionada “con una menor lubricación vaginal y con las molestias y dolor que esta puede provocar durante las relaciones sexuales”. Con todo, no es un síntoma que sufran todas las mujeres.
Los sofocos sí que quizá son más característicos de este proceso. Aparecen en la menopausia de forma brusca porque incrementa el riego sanguíneo a la piel de la cara, el cuello y el tórax, causando su enrojecimiento, la sudoración y las palpitaciones. Si bien hay mujeres que los perciben de forma muy intensa y molesta, “hay otras que prácticamente no los notan”, tranquilizan desde Clínica Anthea.
¿Aumento de peso?
La menopausia también va asociada a gran cantidad de mitos. Una de las creencias más asentada es que implicará un aumento de peso. No existe una relación directa, aunque los cambios hormonales sí implican una pérdida de masa muscular que disminuye la velocidad a la cual el cuerpo utiliza las calorías (una alteración del metabolismo).
Esto puede hacer que sea más difícil mantener un peso saludable. “En muchas mujeres hay un incremento del peso y una dificultad para perderlo, mientras que en otras en las que no se produce este incremento, sí que se da un cambio en la distribución de la grasa corporal”, sostiene la ginecóloga.
Menopausia y depresión
La revolución hormonal que rodea esta etapa vital de la vida de las mujeres puede tener también consecuencias en la salud mental. “Provoca que muchas mujeres se sientan irritadas, apáticas, tristes o depresivas. También pueden sufrir mayores dolores de cabeza, fatiga o dificultad para concentrarse”, advierte la doctora Fernández.
Los síntomas de depresión pueden aparecer también los años previos a la última menstruación, durante la llamada perimenopausia. “Se caracteriza por el inicio de oscilaciones en los niveles hormonales de la mujer, algo que se ha asociado en distintos estudios a las depresiones que sufre la mujer en esta fase de la vida”, apunta Lucía Torres, psiquiatra y psicoterapeuta en la Clínica Tranquilamente.
Ejercicio físico, el mejor aliado
Para reducir los síntomas físicos y mentales, la ginecóloga de Clínica Anthea recomienda encarecidamente “un estilo de vida saludable basado en una buena alimentación, realizando deporte, reduciendo el consumo de tabaco y alcohol, teniendo un buen descanso nocturno y un estado de ánimo positivo”.
La doctora Fernández recalca la importancia de conocer los posibles cambios que se van a experimentar y saber que existen soluciones y tratamientos para abordar los síntomas que acompañan a este proceso fisiológico. “Es posible disfrutar de una vida activa y plena, la menopausia no tiene por qué convertirse en un momento traumático, sino en el paso a una nueva etapa de la vida”, sentencia. Por eso, es básico desmontar los mitos y divulgar las evidencias científicas unidas a un proceso tan natural como la adolescencia.