Los Mossos d’Esquadra han acreditado, en un extenso atestado, que el intento de asesinato de un joven senegalés durante la madrugada del 24 de septiembre en Santa Coloma de Farners (Girona) fue un delito de odio y no estuvo motivada por otra razón que no fuera “la intolerancia y la discriminación”.
Así lo acreditan en el atestado realizado, en el que de forma exhaustiva detallan que Ángel V., Silvio A. y Cristian C. son tres jóvenes de ideología extremista y que el único motivo por el que atacaron brutalmente a Aliou --al que apuñalaron en el estómago-- y a su amigo Ashraf fue el racismo.
“Sois todos inmigrantes”
A lo largo de 200 páginas, a las que ha tenido acceso La Nació Digital, los Mossos recuerdan que las víctimas son personas racializadas, así como la mayoría de personas que los acompañaban en el momento de la agresión.
Los investigadores de la Unidad de Delitos de Odio recogen que en el momento de los hechos los acusados profirieron insultos a la víctima como “puto negro” o “sois todos inmigrantes”. Además, a la mujer blanca que acompañaba a las víctimas, los acusados le gritaron “traidora”.
Simbología nazi
Los Mossos detallan que Ángel V. “utiliza simbología nacionalsocialista en su vestuario, así como en sus tatuajes”. En concreto, este joven lleva grabadas en la piel runas vikingas utilizadas por facciones de las SS y el emblema de Werwolf, que simboliza el plan neonazi.
Además, los agentes describen que se este joven vestía con camisetas con escudos neonazis y de grupos radicales de hooligans, botas Dr. Martens, populares entre los skins, así como gafas de aviador y prendas de determinadas marcas. En sus redes sociales, este joven publicaba mensajes supremacistas, utilizaba acrónimos relacionados con el nazismo y seguía a grupos extremistas. Además, tiene antecedentes por agresiones racistas.
El juez no ve delito de odio
Por su parte, el único de los tres investigados que está en prisión provisional, Silvio A., los Mossos aseguran que tiene antecedentes por peleas en la calle y por conducir ebrio. En su caso no han podido acreditar la relación con una ideología nacionalsocialista. Sin embargo, los agentes de la policía autonómica aseguran que la agresión estuvo motivada por “el odio y la discriminación”. Por último, sobre Cristian C., los investigadores sostienen que estaba sufriendo un proceso de radicalización y que cuenta con antecedentes por robo de vehículos y por maltrato.
Para los agentes, así como para la fiscalía y la acusación particular, no hay lugar a dudas: los tres investigados actuaron movidos por el odio hacia las víctimas por cuestiones raciales. Un extremo que, a pesar de las evidencias presentadas por los investigadores, el juez no ve claro. El magistrado Joan Coromina eliminó la imputación por delito de odio, aunque elevó el posible delito de homicidio a asesinato.