Agresión sexual a una menor. La Audiencia de Girona ha iniciado este lunes el juicio en el que el fiscal pide ocho años de prisión para el acusado por abusar de la hija de unos amigos, de 13 años, en Palafrugell.
El supuesto abuso se habría producido entre finales de abril y principios de mayor de 2018, cuando la menor se encontraba durmiendo en su casa, como hacía habitualmente. Por su parte, la acusación particular ha aumentado la petición de pena para el acusado hasta los nueve años y la defensa, de la mano del letrado Carles Monguilod, pide la absolución ya que su cliente niega que los hechos hayan sucedido.
Delito de agresión a un menor de 16 años
El fiscal, además de la petición de cárcel, solicita ocho años de libertad vigilada y que no se pueda acercar a menos de 50 metros de la víctima durante seis años. Además, también reclama una indemnización de 6.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
En la vista oral celebrada en la sección cuarta, la víctima, que ahora tiene 17 años, ha relatado que tenía muy buena relación con el acusado porqué él y su pareja eran los mejores amigos de sus padres y esto hacía que se vieran mucho. Y, también, que ella fuera muchas veces a dormir a su casa, “era como si fuera mi padre, me sentía como si fuera mi casa”, ha explicado.
Intentó resistirse
La víctima ha recordado este lunes como el acusado la obligó a hacerle tocamientos y él mismo la tocó. “Yo no quería y apartaba la mano, pero él tenía más fuerza y yo tenía miedo”, ha relatado la joven. “Al final, me dijo “No digas nada a tus padres, ¿eh nena?” mañana vendré a darte los buenos días y se marchó”, ha declarado.
La menor, ante tales hechos, fingió que no se encontraba bien para que la llevaran en seguida a su casa. Ha asegurado que no sabía qué hacer, por lo que no dijo nada hasta mediados de noviembre de 2019: primero a unas amigas, luego a su tutor, a su madre, y, finalmente a su padre y al resto de la familia. Esto propició que fuera a los Mossos d’Esquadra a presentar la denuncia.
Declaraciones del acusado
El acusado ha solicitado ser el último en declarar y ha negado los hechos. Ha asegurado que “en ningún momento” fue a la habitación de la menor, que era “como una hija, hasta su padre estaba celoso”. “Le he dado 500.000 vueltas a mi cabeza y no entiendo como ha podido inventar algo tan duro, no lo llegaré a entender”, ha aseverado.
La que era su pareja en ese momento y mejor amiga de la madre de la mejor ha explicado que esa noche cuando llegaron a casa de trabajar, en Palafrugell, él se fue a duchar mientras ella tomaba un café y le daba un pijama a la niña y que cuando ella se acostó él estaba tumbado. Una media hora después la menor entró en la habitación y dijo que le dolía la barriga, por lo que pidió que la llevara a su casa, ha narrado.
Los tres equipos de psicólogos y forenses que han evaluado a la menor estos años han afirmado detectar en ella síntomas compatibles con un trastorno de estrés postraumático. Según los expertos, no han detectado ningún otro episodio, a parte de la supuesta agresión sexual, que lo haya podido causar. El juicio ha quedado visto para sentencia.