La Fiscalía de Barcelona ha recurrido la sentencia contra V.G., el acosador de la escritora e ilustradora valenciana Paula Bonet. Considera que la condena a internamiento psiquiátrico en lugar de prisión no está justificada porque el trastorno mental que supuestamente padece, como expuso la defensa durante el juicio, no ha quedado acreditado.
De hecho, la fiscalía rechaza que se le aplique cualquier atenuante o eximente basándose en "el resultado de las periciales médico psiquiátricas" que se expusieron en el juicio y que no son suficientes como para acreditar que V.G. tenga pensamientos delirantes.
Delirio erotomaníaco
Este individuo fue condenado a internamiento psiquiátrico por acoso y amenazas a Paula Bonet por el Juzgado Penal 10 de Barcelona. Además, la jueza le impuso una orden de alejamiento de la artista durante 10 años.
La titular le aplicó esta pena, en lugar del ingreso en prisión, tras tener en cuenta como eximente que este hombre padece un trastorno mental, como expuso su defensa en el juicio. En concreto, su letrado aseguró que sufre un trastorno erotomaníaco, que le hace creer que Bonet está enamorada de él.
Años de acoso
No obstante, la fiscalía considera que ha habido un "error en la valoración de la prueba, quebranto de las normas y garantías procesales y quebranto del ordenamiento jurídico" al aplicar este eximente, que a su parecer no está bastante justificado en la sentencia. La jueza impuso a V.G. dos medidas de internamiento, una de un año y medio como máximo y otra de un año y nueve meses como máximo por cada uno de los delitos, además de la condena que ya tiene por el quebrantamiento de medida cautelar.
La escritora y pintora valenciana padeció el acoso de este hombre durante años y llegó a retirarse de la vida pública para protegerse. Este episodio afectó gravemente a su vida personal y profesional. A través de su cuenta de Instagram, Bonet describió el infierno que V.G. le hizo vivir. "Llegó con flores. A veces dice que quiere cortarme en trocitos, otras veces se agarra a la ventana de mi despacho a la una de la mañana mientras yo trabajo para que le explique qué me pasa, porque no me entiende, dice". La víctima relató ante el juez que su acosador llegó a "pegar los labios y manos al cristal dándole besos mientras la miraba".