La falta de previsión de la Consejería de Educación de la Generalitat llega también a la Formación Profesional de Grado Básico. Cataluña ha marginado esta opción “ideal” para aquellos menores con dificultades para estudiar los cuatro años de la secundaria. Algunos se han quedado sin plaza para este curso 2022-23 y se les obliga a continuar por un camino abocado al fracaso y abandono escolar.
Se trata de estudios voluntarios que duran dos años --lo que equivale a tercero y cuarto de la etapa obligatoria-- y que faculta para tener el graduado de la ESO a través de una adaptación curricular por ámbitos y prácticas laborales. Al finalizar no sólo obtienen ese certificado, sino que se les abre las puertas al bachillerato, al ciclo formativo de grado medio o al mundo laboral, explica el responsable de FP en UGT, Jesús Martín.
Falta de plazas y burocracia administrativa
Eugenia Curto es la madre de uno de los afectados por la falta de plazas y la "burocracia administrativa". Según relata a este medio, su hijo de 15 años estudió los dos primeros años de la ESO en un instituto público de Madrid, ciudad donde llevaban viviendo ocho años y a la que se mudaron desde Barcelona por motivos laborales. Tras un segundo de la ESO que define como “muy problemático y conflictivo”, la familia decidió regresar a la Ciudad Condal con un informe del Consejo Orientador del centro que marcaba la necesidad de que el joven comenzase una FP de grado básico.
A partir de su llegada, “todo han sido problemas”. “En el periodo de preinscripción me puse en contacto con un instituto que daba estos estudios, que aseguraba haber recibido la documentación, pero nunca tuve número de preinscripción y mi hijo no salía en las listas de admitidos”. Su periplo se ha alargado más de dos meses con reiteradas visitas al Consorcio de Educación de Barcelona, desde donde alegaban falta de plazas. Ni siquiera el amparo del Síndic de Greuges le ha servido para evitar lo que no quería: que su hijo tuviese que cursar tercero de la ESO.
Reducir el abandono escolar
Así, pues, el menor comenzará este mismo miércoles en un instituto que ha agradado a la familia, pero que no se adapta a sus necesidades, por lo que vaticina un año complicado por delante. Es por eso que las fuentes consultadas ponen en valor la FP de grado básico, porque “reduce sensiblemente el abandono escolar e inicia al joven en las competencias profesionales”, añade Martín.
Sin embargo, Cataluña es de las comunidades autónomas que "menos potencia" esta formación. Ello sumado a la falta de plazas, un problema que también se ha dado en la Formación Profesional de grado medio y superior. Según explican, este contratiempo se deriva de la “improvisación” del Ejecutivo autonómico y la falta de previsión. Y es que la Consejería de Educación "anuncia la oferta de la FP de grado básico antes, incluso, de saber la demanda". “Es el primer error que cometen”, avisan.
Expulsado del sistema educativo
Con esto no sólo se deja fuera a los alumnos, sino que provoca que los colegios que lo imparten no estén preparados. “Los centros de FP que ofrecerán grado básico no tienen ni gimnasio ni profesor de educación física. La tendrá que impartir un profesor de mecatrónica o electricidad, porque no han destinado dotaciones”, señalan las mismas voces.
Desde CCOO, Rosa M. Villaró considera "imperdonable" que un menor no tenga plaza en estos estudios. Sobre todo, teniendo en cuenta que forma parte de la educación básica, como la primaria y la ESO. "Ningún alumno puede quedar sin plaza y, por tanto, expulsado del sistema educativo. Se rompe el derecho a la igualdad de oportunidades y a la equidad", lamenta la portavoz.
El temor de una madre
Por su parte, desde la Fundación Escola Cristiana, el consultor de formación profesional Melcior Arcarons lamenta la “paradoja” de no tener plazas en los centros públicos mientras no se autoriza a los privados a que impartan estos estudios. Y lo atribuye a una cierta “fobia” del Govern a los conciertos educativos.
Un total de 47 centros con "aulas saturadas" impartirán esta enseñanza, pero ninguno de ellos es privado. Así pues, la Generalitat “no da facilidades” a estos alumnos para que obtengan plaza en la pública, pero tampoco les ofrece ninguna alternativa, por lo que está contribuyendo al abandono prematuro.
Con todo, esta madre desesperada solo teme una cosa: que el menor decida abandonar el instituto a los 16 años al considerar que no está preparado. “Es una edad muy crítica como para no tomar las decisiones más acertadas dentro de las posibilidades que hay”, manifiesta Curto, que espera que su hijo no se quede en el camino como tantos otros jóvenes.