La sequía deja al descubierto el campanario de la iglesia del pantano de Sau (Barcelona). Hasta aquí todo supondría un evento natural, dada la sequía actual y las bajas reservas de los embalses de las cuencas internas catalanas. Sin embargo, el Servei Català de Trànsit (SCT) ha lanzado una alerta por el colapso de los accesos al lugar.

La afluencia de visitantes que se han desplazado a ver el tempo que duerme sumergido bajo las aguas durante todo el año, ha provocado el caos en los accesos al pantano. La iglesia se Sant Romà de Sau, construida en el siglo XI y que ejerció como rascacielos de la pedanía que quedó inundada y despoblada con la construcción del embalse en 1963, ha atraído a muchos curiosos. Más que otros años.

Cartel que regula los accesos al pantano de Sau, de la Diputación de Barcelona / DIBA

Cartel de completo

Los aparcamientos junto al pantano han colgado el cartel de completo. Esto ha provocado un colapso generalizado en los accesos para ver la iglesia emergida. Por ello, el SCT ha pedido, de forma preventiva, que no se estacione en el arcén de la vía como alternativa.

El apogeo por ver durante unos días un edificio milenario que está fuera del alcance humano el resto del año ha ido en aumento entre los visitantes. De hecho, la Diputación de Barcelona regula, por segundo año consecutivo, entre el 24 de junio y el 11 de septiembre, los accesos al pantano de Sau mediante un sistema de reserva previa de aparcamiento para vehículos motorizados. Aunque, en esta ocasión, la afluencia de curiosos ha desbordado los espacios de estacionamiento.