La mejora de las condiciones meteorológicas disminuye el riesgo de incendios forestales en Cataluña. Protección Civil de la Generalitat ha desactivado la alarma del Plan de emergencias, el Infocat, aunque mantiene la prealerta ya que persiste una alta probabilidad de fuegos en la comunidad.
Los Agentes Rurales, por su parte, han desactivado, también, el nivel 3 del Plan Alfa de prevención contra incendios en 249 localidades catalanas. Esto ha permitido reabrir los accesos a los siete macizos que estaban cerrados: Cardó-Boix, Garraf-Foix, Montmell, Montsant, Prades, Sant Llorenç del Munt i l'Obac y Tivissa-Vandellòs.
Peligro en 29 comarcas
Pese a la mejora de la humedad relativa y las temperaturas algo más suaves en el territorio, el plan de Agentes Rurales se mantiene activado en su fase 2 por peligro alto o muy alto de incendio en 29 comarcas. El cuerpo ha hecho un llamamiento a no bajar la guardia y extremar las precauciones.
Imagen aérea del incendio cerca de Pont de Vilomara, captada por los Bomberos / TWITTER BOMBERS
El 90% de los incendios forestales se deben a imprudencias humanas o accidentes. Por ello, los bomberos han mantenido su refuerzo por el riesgo de fuego en Cataluña, lo que provoca que los parques de voluntarios se mantendrán abiertos y Protección Civil también ha incrementado sus efectivos de facultativos para que extremen la vigilancia y alerten de inmediato si divisan columnas de humo.
Plan de Actuación Municipal
Los municipios que este domingo mantienen activado su Plan de Actuación Municipal por riesgo de incendios en fase de alerta son Sant Cugat del Vallès, la Torre de l'Espanyol, Tarragona, Barcelona, Terrassa, Santa Coloma de Cervelló, Sant Andreu de la Barca, Sant Vicenç dels Horts, Cerdanyola del Vallès, Matadepera, Castelldefels y Puig-Reig.
Incendio en la AP-7 / BOMBERS
Mataró, Bonastre y Sabadell, por otro lado, han activado sus planes municipales en fase de prealerta. El descenso de las temperaturas, el aumento de la humedad relativa debido al viento de marinada y la previsión de lluvias han permitido rebajar el riesgo extremo de fuegos en el ámbito forestal.