Barcelona activa también a la Guardia Urbana para atajar el fenómeno de los pinchazos a mujeres en las discotecas. El ayuntamiento ha emitido una orden operativa para los 3.000 policías que recoge el protocolo publicado por la Generalitat de Cataluña y fija la actuación del cuerpo municipal de seguridad. 

Dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona en una discoteca de Barcelona / EFE

La hoja operativa fija tres posibles escenarios para intervenir tras el pinchazo a una mujer en el ocio nocturno, correspondientes a otras tantas posibles situaciones: ataque con agresión sexual o robo posterior y autor, con agresión pero sin autor y sin agresión ni autor.  En cualquier caso la Jefatura de la Urbana pide especial esmero en manejo de pruebas para poder sustanciar el ilícito penal, y asegurar la protección de la víctima. 

No crear alarma

El documento interno, al que ha accedido este medio, parte de dos premisas: hasta el 29 de julio, los fenómenos de los pinchazos en las discotecas en Cataluña no han venido acompañados de delitos posteriores, como una agresión sexual o un robo. 

Por ello, desde la cúpula de la Urbana se pide a los efectivos policiales que actúen con rigor, pero no se alimente un "clima de terror sexual". 

Prevención

La intervención del cuerpo municipal de seguridad partirá de la prevención. Se pide desde el Ayuntamiento de Barcelona que su policía esté atenta a personas que llevan jeringuillas u objetos similares en zonas de ocio nocturno. Y que comuniquen a los mandos si aprehenden sustancias susceptibles de ser utilizadas en este tipo de ataques. 

Esa labor de detección precoz entronca con la política de Itinerarios Seguros, que son cuatro zonas de tránsito desde las áreas de ocio del Frente Marítimo, el Poblenou, el Paral·lel y la franja de Gracia y Sarrià-Sant Gervasi. Las vigila la propia Guardia Urbana y están pensadas, precisamente, para evitar ataques contra la libertad sexual

Tres escenarios

En el caso de que el ataque con jeringuilla ocurra, desde Jefatura de la Urbana se pide actuar sobre tres posibles escenarios: que se intercepte al autor material y haya delito posterior (como una agresión sexual o robo); que haya delito pero no autor y que no se detecte ni una cosa ni la otra. Y una derivada: que la víctima rechace denunciar. 

En los casos anteriores, se procederá con los protocolos existentes, con especial cautela con las pruebas y testigos, y avisando a la policía científica de los Mossos d'Esquadra si es preciso. Una de las novedades es que si no hay delito posterior a la inoculación, la Urbana tratará el hecho como un delito de lesiones leves, que se agravará si hay transmisión de enfermedades,. Para ello, se esperará al resultado de los test que se hagan a la víctima.