Los vecinos de Alcoletge (Lleida) viven atemorizados tras la llegada de un grupo de okupas “peligrosos”. Desde hace unos meses, no hay día que no haya una mala noticia acerca de robos, amenazas o intimidación a los residentes de este lugar de la comarca del Segrià. De hecho, los Mossos d’Esquadra ya han detenido a dos de ellos como presuntos autores de varios hurtos, uno de los cuales en el mismo ayuntamiento. El otro ocurrió hace unos días en el bar del pabellón municipal, de donde se llevaron cajas registradoras, botellas de alcohol y dinero en efectivo de propinas.
Se prevé que queden en libertad con cargos, según han explicado fuentes de la policía autonómica a Crónica Global. Hasta ahora, sin embargo, solo constan dos denuncias, pese a que atribuyen este bajo número al “miedo” de los vecinos a plantarles cara.
Se adueñan de un edificio entero
El alcalde de la población, Josep Maria Gras (Unides i Units per Alcoletge), ha explicado que, desde hace unos seis meses, se han hecho con un edificio entero a las afueras del núcleo urbano que, en su día, se construyó pensándose como viviendas de alquiler social. Se trata de un bloque de pisos que, en un principio, fueron alquilados por familias vulnerables y gestionados por un fondo inversor de Barcelona. Sin embargo, de un día para otro, “les cortaron la luz y se quedaron sin agua”. Un 24 de diciembre el regidor se enteró de que la propiedad fue absorbida por la Sareb.
“A los seis meses aparecieron familias de etnia gitana y contratamos a vigilantes de seguridad privada para que detectasen movimientos y evitar más okupaciones”, explica. Asegura que desde el consistorio intentaron negociar con los okupas a través de un mediador para “velar por la convivencia con los vecinos”, pero vencieron los allanadores y las familias vulnerables acabaron marchándose. “Se han quedado y se han adueñado de la finca”, situada entre el camino de Bell-lloc y la calle Ausiàs March.
Según Gras, son un grupo de personas --algunas familias con niños-- de entre 25 y 35 años, “desterradas de sus guetos” y provenientes de Barcelona, un pueblo de Tarragona y Lleida.
Una convivencia “pésima”
Desde entonces, los vecinos viven con “miedo”, reconocen a este medio. Y es que, hoy por hoy, “la convivencia es pésima, saltan de un bloque a otro, tienen música hasta las tantas de la madrugada e increpan a todo el mundo”, especialmente a las mujeres, que deben hacer frente a "comentarios machistas" en la piscina municipal.
Los niños también han visto alterada su rutina desde la llegada de estas personas, pues los padres ya “no se fían” de que salgan solos a la calle, cuando hace un tiempo era lo habitual teniendo en cuenta que se trata de un pueblo. “Estamos acostumbrados a que los pequeños hagan vida en la calle, pero ahora no sabemos lo que podría pasar y los tenemos que controlar”, explica uno de ellos.
Temor de los comerciantes
También los comerciantes temen ser las próximas víctimas, pues frecuentemente hay “robos” o intentos en supermercados o tiendas del pueblo. El dueño de uno de los restaurantes de la zona vaticina lo que ocurrirá: “Sé que algún día entrarán a robar, porque alguna vez han venido intentando sentarse a tomar algo y los he pillado haciendo fotos. Los he tenido que echar”.
Asimismo, temen marcharse de sus viviendas a trabajar porque no es la primera vez que los ven “rondando para localizar casas vacías”. “Yo vivo a las afueras y me da miedo irme, porque siento preocupación por lo que me encontraré cuando vuelva por la noche”, relata un trabajador.
Falta de efectivos de los Mossos
Desde el Ayuntamiento de Alcoletge están en contacto con los Mossos d’Esquadra, quienes les trasladan que “no tienen efectivos” para aumentar la seguridad más allá de incrementar las rondas de vigilancia. La falta de recursos de la policía autonómica --un problema que se hace extensivo a toda Cataluña-- y la ausencia de un cuerpo de policía local al tratarse de un pueblo pequeño ha llevado al equipo de gobierno a contratar a una empresa de seguridad privada.
A partir de la próxima semana habrá dos equipos de vigilancia que darán cobertura a todo el municipio ante el aumento de la inseguridad provocado por “una okupación que nada tiene que ver con la de una familia vulnerable, sino con la delincuencia”.