Este martes ha arrancado en la sección octava de la Audiencia de Barcelona la segunda sesión del juicio contra M. A. A., el acusado de agredir sexualmente a tres mujeres que se anunciaban en Milanuncios para realizar servicios de limpieza doméstica --e intentarlo con una cuarta-- entre agosto y septiembre de 2019 en la provincia de Barcelona. Durante la jornada de este martes se ha efectuado la prueba testifical en la que han declarado los Mossos d'Esquadra que participaron en la investigación del caso y que hallaron ADN de una de las víctimas en el coche del procesado.
El Jefe de la Unidad de Sant Feliu de Llobregat de Mossos ha expresado que en agosto de 2019 recibieron dos denuncias por violación que guardaban una cierta similitud entre sí. En todos los casos el presunto autor les había robado el teléfono a las víctimas, con las que había contactado a través de la plataforma Milanuncios. "Como no teníamos los teléfonos de las mujeres, solicitamos un mandamiento judicial para hacer las tarificaciones de los terminales y localizar el teléfono desde el que el autor las había contactado". Las tarificaciones aportaron un número de teléfono vinculado con el acusado, que era el titular de la línea. El detonante fue que, mientras hacían las pertinentes gestiones y reconocimientos fotográficos a las víctimas --que lo identificaron sin ningún género de dudas como el autor de las agresiones-- su mujer presentó una denuncia por malos tratos en una comisaría y explicó que su pareja le estaba siendo infiel.
ADN de una víctima
A raíz de esta denuncia, solicitaron una entrada y registro en la casa del detenido. Allí localizaron dos vehículos: un Seat Ibiza de color rojo y un BMW blanco con techo solar. En el exterior del segundo vehículo los investigadores hallaron "bastantes huellas" y, tras realizar las pruebas con luz ultravioleta, descubrieron fluidos vaginales y semen en los asientos posteriores y también en una toalla. También recuperaron pelos en las alfombrillas. En el BMW hallaron un teléfono móvil en la guantera y otro en el maletero, uno de ellos de una de las víctimas. Después de las pruebas de laboratorio, uno de los perfiles de ADN recogidos en el coche resultó ser de una de las denunciantes.
Los agentes han expresado que, tras el visionado de las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones de las estaciones de tren de Rubí y del Papiol, donde se cometieron dos de las agresiones sexuales, se ve “sin ningún género de dudas” uno de los vehículos que el procesado presuntamente utilizó para cometer las violaciones. “La matrícula fue captada nítidamente”, ha confirmado uno de los investigadores del cuerpo autonómico, así como el recorrido que efectuó, en el que se puede apreciar incluso la silueta de dos personas en el interior del coche.
Utilizó dos vehículos
Respecto al Seat Ibiza recuperado en el domicilio del acusado, fue descrito también por una de las víctimas como el coche en el que fue violada. Uno de los testigos ha explicado que ese turismo le pertenecía. Ha relatado que mantenía una relación cordial con el investigado en 2019, que le pidió que le prestara su coche, un Seat Ibiza de dos puertas de color rojo.
En total, el acusado utilizó este vehículo hasta en dos ocasiones entre el 8 y el 31 de agosto de 2019, coincidiendo con las fechas en las que se cometieron los ataques. Poco después se lo devolvió "muy limpio", para pedírselo de nuevo 15 días más tarde. Le trasladó "que su jefe le había dejado mientras tanto un BMW más grande, que le iba mejor para trasladar a su esposa y a su hijo pequeño". El Seat Ibiza referido, señalado por una de las víctimas como el vehículo en el que fue agredida sexualmente, fue localizado por los Mossos en el domicilio del acusado.
"Podría haber sido una víctima"
Con respecto al modus operandi seguido por el investigado, dos testigos han relatado que contactó con ellos siguiendo la misma estrategia que aplicó con sus víctimas. Una de las testigos ha explicado ante el tribunal que, después de publicar un anuncio en Wallapop en el que se ofrecía como limpiadora del hogar, el acusado contactó con ella en septiembre de 2019. "No quedé con él por la forma en la que me habló, me pareció muy extraña. Me pidió que quedáramos en la estación de tren del Papiol y me dijo que llevara dinero en efectivo, asegurando que era un intermediario y que me pondría en contacto con una empresa", ha relatado. A preguntas de Crónica Global, la testigo ha explicado que el acusado la llamó un domingo por la noche y le ofreció un contrato de 1.200 euros, pero sin detallar nada sobre el trabajo. "Me sonó todo muy raro. Él quería quedar conmigo en ese momento y se iba enfadando. Dejó de insistir cuando le dije que iría con mi esposo. Cortó toda comunicación". Cuando se enteró de su detención por la televisión, acudió a la policía para contar su experiencia. "Yo podría haber sido una de sus víctimas", lamenta.
Otro de los testigos ha explicado que el acusado también contactó con él después de publicitarse en Milanuncios como cuidador. "Me llamó por un anuncio relacionado con un puesto de trabajo como cuidador. Quedé con él en Castellbisbal. La propuesta era que me daba el trabajo si le pagaba dinero, 150 euros, para ponerme en contacto con una empresa", ha expresado. Unos meses después, el 3 de febrero de 2020, los Mossos le pidieron que se personara en una comisaría para reconocer a este sujeto, al que señaló de entre 10 fotografías.
Las víctimas, las grandes ausentes
Las cuatro víctimas de este hombre no se han presentado a esta sesión en la que se estaba previsto que declararan. No obstante, el tribunal ha considerado que, dada la gravedad de la acusación contra el acusado y dado que desde el Juzgado han intentado contactar con ellas por todos los medios, seguirán adelante con el proceso judicial contra el acusado. La fiscalía ha leído durante la vista la declaración de las víctimas en sede judicial. La víctima del 4 de agosto testificó ante el tribunal que, tras ser asaltada sexualmente en un descampado cercano a la estación de tren de Pallejá, explicó que había sufrido un robo a un familiar y a un policía local, pero ocultó la violación por vergüenza.
Otra de ellas declaró que el acusado le dijo, a través de un mensaje en Milanuncios, que se dedicaba a limpiar pisos que habían sido embargadas y que buscaba a señoras de limpieza. Al día siguiente quedaron y él le propuso que subiera al vehículo para ir a una zona tranquila para hablar de las condiciones del trabajo. Una vez en el interior del coche, comenzó a realizarle tocamientos pese a la insistencia de ella de que parara. En un momento dado, en un descampado, la amenazó con una navaja y la obligó a ir a la parte trasera, donde la violó mientras la sujetaba de pies y manos, provocándole lesiones. También se quedó con todas sus pertenencias, incluido con su sueldo como interna, que había cobrado ese mismo día. Otra de las víctimas, la única que pudo escapar, declaró que la llamó hasta en 50 ocasiones para quedar con ella.
"Cerró las puertas y me violó"
"Me quería bajar pero cerró las puertas del coche. Cuando vi que no íbamos a un café, que se metía en una zona con plantas, le dije que quería bajarme", expresó otra de las víctimas de este presunto depredador sexual ante el tribunal. "Se me subió encima y me violó", declaró. La mujer expresó que no sabía donde estaba, que el investigado la sujeto de las muñecas y que le bajó los pantalones por debajo de la rodilla. Después de agredirla sexualmente, la tiró fuera del coche. La mujer, que se encontraba en estado de shock y medio desnuda, se sujetó a la manilla del coche. Él arrancó el vehículo y la arrastró por la calzada durante unos metros, causándole quemaduras. Después, ella le pidió ayuda a un hombre de una empresa cercana, que no la socorrió. Fue una mujer quien llamó a la ambulancia y a los Mossos.
Por estos hechos la fiscalía solicita 10 años de prisión por las dos violaciones y 15 por la tercera, con una pena superior por haber usado un instrumento peligroso. Además, solicita cinco años de prisión por la tentativa de agresión sexual, cinco por el delito de robo con violencia y 10 meses de cárcel por cada uno de los tres delitos de hurto. En total, el ministerio público solicita una pena de 47 años y medio de prisión. Por su parte, la defensa solicita su absolución.