La fiscalía solicita tres años de prisión para el hombre acusado de amenazar y acosar a la ilustradora y escritora Paula Bonet en su taller y a través de las redes sociales. Por su parte, la acusación particular de la artista ha solicitado cuatro años de cárcel por estos hechos, que serán juzgados el viernes en el Juzgado Penal número 10 de Barcelona.

La acusación pública, según ha podido saber eldiario.es le atribuye un presunto delito de coacciones, por el que solicita dos años de cárcel, y otro de amenazas, por el que solicita un tercer año de prisión. Además, la fiscalía solicita aplicarle una multa de 4.800 euros por saltarse la orden de alejamiento que una jueza le había impuesto para proteger a la artista.

Acosada desde 2019

Según el escrito de la fiscalía el acosador de Bonet empezó a acecharla en 2019 en su taller. En concreto, durante una tarde del mes de julio este hombre se presentó en el local en el que la escritora impartía clases a sus alumnos y le mostró “su interés en conocerla y abrazarla”. Bonet lo invitó a abandonar el local, pero él consiguió abrazarla. En esa ocasión, la artista logró zafarse de él y expulsarlo de su taller.

El hombre regresó al taller repetidamente, incluso cuando la artista no estaba, "permaneciendo en la zona de la entrada o en las inmediaciones del local durante horas".

"Quiere cortarme en trocitos"

La situación de acoso se intensificó hasta el punto en el que, en enero de 2020, el hombre "golpeó reiteradamente el cristal de la puerta de la entrada preguntando por ella con insistencia, levantando y bajando la persiana y pegando los labios y manos al cristal dándole besos mientras la miraba", una aterradora escena que Bonet grabó con el móvil. El hombre no cesó en su actitud hasta la llegada de una patrulla de los Mossos d'Esquadra, que echaron al hombre.

La artista relató el acoso del que estaba siendo víctima en un post de Instagram en septiembre de 2021. En aquel momento, la ilustradora compartió una con sus seguidores la impactante fotografía de la silueta de su acosador al otro lado de la puerta de cristal de su estudio. La ilustradora explicó que el hombre al que había denunciado por acoso había descubierto la dirección de su nuevo taller y se pasaba horas frente a él, quebrantando la orden de alejamiento impuesta por una jueza de Barcelona. "Llegó con flores. A veces dice que quiere cortarme en trocitos, otras veces se agarra a la ventana de mi despacho a la una de la mañana mientras yo trabajo para que le explique qué me pasa, porque no me entiende, dice", expresó Bonet en su publicación. "Yo no respondo, solo pego un grito, le pido que se vaya y llamo al 112. El lunes pasado tuve que hacerlo tres veces. No hace falta que diga que sigo a la espera de juicio", denunciaba. 

Acudía a sus charlas

El hombre también se presentaba en los actos públicos que Bonet tenía previstos como charlas, exposiciones y presentaciones de libros. Según recoge el escrito de la fiscalía, en estos eventos "la interpelaba con preguntas o la incomodaba pasando reiteradamente por su lado o mirándola fijamente".

El acosador también le escribía emails que ella respondió "rogándole que dejara de enviarle mensajes y de acudir al taller, advirtiéndole de que, en caso contrario, lo denunciaría". Lejos de cesar, él respondió con amenazas y llegó a asegurar que la estrangularía o descuartizaría.

Firmado: 'El violador'

Esta situación se intensificó durante los meses de confinamiento, cuando siguió contactando con Bonet a través de las redes sociales con mensajes de “contenido inconexo, inquietante y perturbador”, recoge la fiscalía. Estos mensajes “revelan su obsesión por ella y su pretensión de mantener una relación amoroso-afectiva”. En cuanto terminaron las restricciones, volvió a presentarse en su taller, dejándole mensajes y objetos “con la intención de hacerle saber que seguía controlando su entorno y sus movimientos”. Entre otros, dejó un sobre en el que escribió su nombre acompañado de el texto ‘el violador’.

A raíz de estos hechos y de que el acosador quebrantara en varias ocasiones la orden de alejamiento impuesta, una jueza de Barcelona decretó su entrada en prisión provisional. No obstante, hace unos días quedó en libertad. Ante esta situación, la escritora y pintora valenciana anunció que se retiraba de la vida pública “para preservar su seguridad”.