Es el otro Pride de Barcelona. La celebración del Orgullo LGTBIQ+ en la Ciudad Condal llegó a su punto culminante ayer sábado con la tradicional marcha callejera y conciertos junto a la montaña de Montjuïc. El éxito desbordante del festival arcoiris en la capital catalana quedó un tanto ensombrecido por la epidemia de robos de carteras y móviles y aglomeraciones en algunos puntos.
Alertan de ello fuentes policiales, que precisan que la policía, la seguridad privada y la organización se emplearon a fondo para controlar a la multitud que llenó hasta el límite la avenida María Cristina, donde se leyó el manifiesto oficial del Pride y se celebró una noche de conciertos de música. "Hubo más de cien robos de carteras y móviles, eran quejas continuas del público, fue demencial", explican fuentes conocedoras de los incidentes.
Ya pasó en 2019
Como explicó este medio, la acción de las mafias del descuido ya tuvo lugar en 2019, cuando los cacos aprovecharon la nutrida presencia de público --antes de la pandemia-- para hacer el agosto con el robo de móviles, carteras y otras pertenencias.
En aquella ocasión, la polémica estuvo servida, pues la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, disfrutó de la verbena en la zona vip, que goza de mucha más seguridad que la pista para el resto de público. Los asistentes de a pie, pues, sufrieron el envite de las bandas de carteristas.
Detenciones
Ayer sábado, fuerzas de seguridad, seguridad privada y organizadores se esmeraron para evitar episodios de inseguridad en una fiesta que se acercó a los 100.000 asistentes en algunos momentos. Lo lograron parcialmente, con algunas detenciones in fraganti.
No obstante, no se logró evitar que reinara un cierto clima de inseguridad, un problema que acecha al resto de Barcelona en los últimos años, siendo la principal preocupación de la ciudadanía Barómetro municipal tras Barómetro municipal.
Aglomeraciones
En otro plano ,las fuentes consultadas alertan de que la Guardia Urbana levantó acta del número de asistentes al Pride 2022, porque en algunos momentos reinó la percepción de exceso de aforo. Ello fue especialmente evidente en el acceso a la avenida y en la actuación de los servicios sanitarios. "Cuando tenían que auxiliar a alguien, no podían pasar, no había carriles de seguridad para ellos, tenían que saltar por encima de las macetas y la gente".
Las voces conocedoras convergen en una conclusión palmaria: María Cristina quedó pequeña, por lo que el Pride 2023, si la pandemia deja celebrarlo, debería tener lugar en otro espacio con más capacidad.