Urgencias del Hospital de Mataró estaban al 170% de su capacidad cuando falleció el padre del presentador Vador Lladó "agonizando" en el centro sanitario, tal y como denunció el propio periodista en su cuenta de Twitter. La ciudad sanitaria sobrepasó su capacidad la jornada en la que murió el familiar de la estrella de televisión entre la "desesperación" de sus familiares.
Es lo que consignan los datos a los que ha tenido acceso este medio, y que dan cuenta de que el área de admisiones del Hospital de Mataró atendió a 340 personas entre las ocho horas de la mañana y las ocho de la tarde del miércoles. La capacidad de esta unidad es de 200 pacientes al día, por lo que cuando se atendió al padre de Lladó Urgencias estaba al 170% de su capacidad.
27 pacientes sin cama
El detalle de aquella jornada en el complejo médico también muestra que hasta 27 personas esperaban cama en la ciudad asistencial. Esto es, estaban en urgencias sin una plaza en el hospital "porque no había sitio", explican fuentes conocedoras. El tiempo de "asistencia" que detalla el parte de Urgencias es de 21 horas y 28 minutos de media.
Por su parte, en observación había ocho enfermos, todos ellos pendientes también de ingreso, revela el documento.
Silencio del Hospital
Este medio preguntó al Hospital de Mataró por su versión tras la denuncia pública de Llador de que su padre murió de un ictus en el equipamiento "agonizando" y entre la "desesperación "de sus familiares. La ciudad sanitaria que pilota Ramon Cunillera como director gerente no contestó a este medio.
Por contra, otros usuarios de redes sociales aprovecharon el tuit del presentador de Gol para alertar de que ellos también habían vivido esperas muy largas en la instalación sanitaria pública, que está concertada con el Servicio Catalán de Salud (CatSalut).
Los sindicatos ya denunciaron "largas esperas"
Sean cuales fueren sus opiniones, los sindicatos del Hospital de Mataró ya denunciaron que el centro está aquejado de "sobrecarga asistencial importante". Lo hizo Catac-CTS-IAC el pasado 8 de junio, cuando en un comunicado alertó de que habían "largas esperas en Urgencias" por el colapso de la unidad.
Pero es que hay más, porque la parte social advirtió de que la gerencia de Cunillera pretendía "cerrar una unidad de hospitalización" en verano --la UCI B--, lo que, según ellos, agravaría las esperas en admisiones. El equipo del gerente tampoco cubrirá las bajas por vacaciones en un hospital que, según la representación del persona, sufre "infrafinanciación" y "falta de camas".