La Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra han desmantelado el denominado "clan de los viajeros", que se dedicaba a cometer atracos mediante alunizajes por toda España. La operación se ha saldado con tres detenidos en Vélez-Málaga, a los que se les atribuyen una treintena de robos, según los cuerpos policiales. Además, acumulan 192 antecedentes por delitos patrimoniales. 



Los miembros de la banda sustraían vehículos de alta gama para perpetrar los robos y desplazarse, asaltaban centros comerciales y grandes superficies. Su objetivo eran las tiendas de telefonía móvil.

La Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra acceden a una vivienda donde se encuentran los ladrones / MOSSOS

Tarragona y Lleida



El clan estaba integrado por tres conocidos aluniceros del barrio de Villaverde (Madrid), que operaban en todo el territorio nacional.  Actuaron, al menos, en Madrid, Tarragona, Lleida, Granada, Toledo, Almería y Málaga. Todos ellos suman 57 detenciones anteriores por delitos contra el patrimonio.



El líder del grupo, conocido como El Bubu, era el conductor habitual de los coches robados y estaba curtido en huidas de la policía. Las investigaciones se iniciaron cuando los agentes detectaron un elevado número de hechos delictivos consistentes en asaltos a grandes superficies, empleando siempre el mismo tipo de vehículos.

Robos en centros comerciales



Tras analizar las denuncias por robo de coches de alta gama, la Guardia Civil pudo centrar las investigaciones sobre este clan. El pasado 25 de mayo se pudo constatar que el grupo había cometido dos robos con fuerza en la provincia de Tarragona, uno de ellos en una tienda de móviles ubicada en el interior de un centro comercial, donde se llevaron 80 terminales de última generación valorados en unos 15.000 euros.

Uno de los ladrones fuerza la entrada de una tienda de telefonía / MOSSOS



Los Mossos d'Esquadra informaron a la Guardia Civil de que estaban investigando estos hechos, por lo que se inició un operativo conjunto que ha culminado con el arresto de los tres atracadores en Vélez-Málaga, donde se habían trasladado para desarrollar sus actividades ilícitas. 



Los integrantes del grupo realizaban desplazamientos de cientos de kilómetros, previamente al robo analizaban el lugar conde lo iban a cometer, estudiaban sus horarios y sistemas de seguridad y los cometían de madrugada y en apenas unos minutos tras forzar los cierres.