El País Vasco es uno de los lugares más interesantes por descubrir en España. No solo son sus paisajes y su cultura lo que lo hacen especial, también su gastronomía. Y, por eso, la Diputación Foral de Vizcaya, en colaboración con Vueling, ha permitido vivir una experiencia gastronómica audiovisual inmersiva desde Barcelona.
La tecnología ha permitido a algunos privilegiados adentrarse en la cultura y la cocina vizcaínas sin apenas moverse. Un show que sirve para persuadir al invitado, que deseará adquirir un billete destino Bilbao. Desde la Diputación han elegido la Ciudad Condal al considerar que es "uno de sus mercados a potenciar". También Milán, París y Ámsterdam, donde la experiencia ha sido todo un éxito y con la finalidad de atraer, además, al turismo internacional.
Un producto de calidad y cercano
Un total de 160 personas --40 de ellas en la capital catalana-- pudieron disfrutar de la gastroexperience. No se requiere mucho para sumergirse en los paisajes de Euskadi: basta con acceder a una sala inmersiva. El resto lo hacen los vídeos, el sonido, las mesas táctiles, los sensores, los sistemas de olores y una degustación de la gastronomía vizcaína que te trasladarán hasta allí. Sobre todo, el txacolí y los pintxos, entre los más conocidos, gilda. Con esto y la imaginación del comensal, se logra conocer los atractivos de uno de los destinos turísticos más demandados.
El menú ha sido diseñado por el grupo Iruña y se corresponde a la perfección con lo que se encuentra en los principales restaurantes de la comunidad. Si algo caracteriza la comida vizcaína es el producto de calidad y cercano, presente en cada uno de sus platos.
Gastronomía, arte y naturaleza
La experiencia empieza simulando un vuelo a Bilbao desde Barcelona, donde Vueling tiene su sede. Los visitantes podrán descubrir los atractivos de Vizcaya con un recorrido dividido en seis bloques temáticos. El urbanismo, que parte de Bilbao; la gastronomía, con una cata de txacolí, pintxos y otros platos tradicionales; el mar, a través de recorrer iconos como San Juan de Gaztelugatxe; el arte, visible en lugares como el museo Guggenheim; la naturaleza, predominante en todos sus paisajes; y la identidad, a través de las tradiciones.
Tras dos años de pandemia, desde las administraciones del País Vasco trabajan para potenciar, de nuevo, el turismo. Y Barcelona ha sido uno de los lugares elegidos para hacerlo porque, según los organizadores, “Cataluña y el País Vasco tienen mucho en común”.