El Hospital Clínic de Barcelona ha realizado un cribado a más de mil mujeres embarazadas para detectar la infección por citomegalovirus (CMV) y aplicar un tratamiento que reduce la transmisión al feto y las secuelas que puede provocar al bebé.
Aunque todavía se trata de un virus relativamente desconocido, supone el mayor problema para los bebés en los países desarrollados. Uno de cada 200 nace infectado. Entre el 10 y el 15% puede tener síntomas al nacer o consecuencias a largo plazo como sordera, retraso en el desarrollo neurológico o, en algunos casos, parálisis cerebral.
Transmisión de la madre al feto
Normalmente las gestantes se contagian a través de niños menores de tres años, ya que pueden excretar el virus durante mucho tiempo a través de la orina y la saliva.
Aunque las embarazadas suelen pasar la infección de forma leve, el virus puede transmitirse al feto a través de la madre y dejarle secuelas importantes.
Existe un tratamiento
Hasta hace poco no se hacían cribados universales en las embarazadas porque tampoco existía un tratamiento. No obstante, el paradigma cambió con los ensayos que demostraron la eficacia de un antiviral, el valaciclovir, que disminuye en más de la mitad el riesgo de transmisión al feto.
Por esta razón, algunos ginecólogos y algunos centros, como el Hospital Clínic, ya están solicitando realizar una analítica en el primer trimestre para poder recibir tratamiento a tiempo.
Dos casos detectados
De los 1.100 exámenes realizados en el último año a mujeres embarazadas en el primer trimestre se han detectado dos casos de citomegalovirus. La ginecóloga y coordinadora del programa, Anna Gonce, ha asegurado que el CMV es la infección congénita más común. “La mayoría será asintomática, pero cuando la infección materna ocurre en el primer trimestre del embarazo, existe un riesgo del 30% de transmisión vertical”.
Para reducir la posibilidad de infección durante el embarazo es importante no tener contacto directo con la saliva de los niños menores de tres años y lavarse bien las manos con agua y jabón tras un posible contacto con la orina durante el cambio de pañal.