Un preso de Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragona), se ha fugado este miércoles durante una salida terapéutica a la playa, cuando fue a comprar un helado. En ese instante, aprovechó para dar esquinazo a las dos educadoras y los otros tres internos con los que iba, según fuentes sindicales.
El recluso cumplía en el centro penitenciario seis años de condena por delitos contra el patrimonio. Su condena vencía en 2024. Aunque no es el primer caso de huida en Mas d’Enric, el otro se dio durante un permiso, en el que el preso nunca regresó.
Investigación y salidas terapéuticas
El Grupo de Búsqueda Activa de Fugados de los Mossos d’Esquadra investiga los hechos, según explica Efe. Este tipo de huidas, que ya son dos en este centro, se dan con permisos y las salidas terapéuticas, que deberían servir como toma de contacto de los reclusos con el exterior para facilitar su adaptación al tercer grado.
Estos paseos son salidas controladas por profesionales, como educadores o psicólogos. La mayoría son desde el propio domicilio del interno a competiciones deportivas o, como en el caso del despiste del helado, a la playa.
Laxitud en las políticas de reinserción
Este tipo de procesos terapéuticos, sin embargo, no acaban de convencer a algunos sindicatos o educadores. “Las políticas de reinserción son excesivamente laxas”, han apuntado fuentes cercanas al caso.
Las mismas voces abogan por “actualizar los criterios que se siguen para autorizar las salidas y los permisos”. De hecho, piden que la Administración se más restrictiva con los presos que cuentan con una orden de expulsión del país en cuanto hayan cumplido la condena porque “el riesgo de fuga es evidente que aumenta”.