Primera prueba de fuego para los jóvenes catalanes que quieren acceder a la universidad con el conflicto lingüístico como telón de fondo. Desde este martes hasta el próximo jueves, 16 de junio, cerca de 40.000 estudiantes se enfrentan a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), que podrán realizar en castellano si así lo desean. Para ello, deberán señalar en una hoja anónima si prefieren los enunciados en esa lengua, en catalán o en aranés. El personal del aula donde se lleve a cabo el examen recogerá la petición para repartir posteriormente los enunciados según las preferencias.
La diferencia de este año es que, por primera vez, las instrucciones del Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) contemplan el derecho que tienen los estudiantes a escoger el idioma que quieran para examinarse de la selectividad. Así pues, desde la Conselleria de Investigación y Universidades, Gemma Geis da respuesta a la orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que consideró que la consellera había vulnerado en años anteriores los derechos fundamentales de los alumnos al priorizar el catalán a la hora de repartir los exámenes, obligándoles a que se tuvieran que significar públicamente.
Las entidades constitucionalistas, "vigilantes"
Desde las entidades constitucionalistas advierten de que estarán “muy vigilantes” mientras dure la selectividad para que los tribunales de las aulas acaten las instrucciones y garanticen los derechos de los castellanoparlantes. Por su parte, la presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), Ana Losada, se muestra esperanzada por que esto ocurra, pero avisa de que, en caso de no ser así, denunciará a la Generalitat de nuevo ante los tribunales. También reclama que se entreguen los exámenes a todos los alumnos a la vez para que ninguno se sienta discriminado.
Losada cree que es una buena noticia que, por primera vez, el Govern "se ajuste a la legalidad", aunque su ambición es otra. “Lo ideal sería que el examen se entregase en catalán y en castellano”, sin que tenga que requerirse previamente. Así de exigente se muestra también Carlos Silva, vicepresidente de Impulso Ciudadano: “Las pruebas deben tener enunciados bilingües”, añade.
Recuperan el formato habitual
Pero esta no es la única novedad de las PAU 2022. Y es que, después de dos años, recuperan su formato habitual previo a la pandemia, lo que significa que los exámenes se realizarán en tres días y no en cuatro, como se instauró para evitar aglomeraciones por el Covid. Los estudiantes arrancarán este martes a las 10.30 con lengua castellana y literatura, seguido de lengua extranjera y de análisis musical, cultura audiovisual, electrotécnica, física o geografía. El miércoles 15 de junio realizarán las pruebas de lengua catalana y literatura, matemáticas aplicadas a las ciencias sociales, medio ambiente, fundamentos de las artes y griego, además de economía de la empresa, literatura catalana, diseño, química y tecnología industrial. El último día, jueves 16, se examinarán de historia, matemáticas, dibujo artístico, latín, filosofía, historia del arte, literatura castellana, biología y dibujo técnico.
Los alumnos con trastornos de aprendizaje realizarán las pruebas durante los mismos días, pero tendrán a su disposición un tribunal ordinario específico y contarán con 30 minutos más para entregar sus exámenes. En este colectivo se encuentran los estudiantes con dislexia, TDA o TDAH.
La entrada en la universidad, en juego
Los estudiantes que estos días se enfrentan a la selectividad lo hacen con los nervios habituales de quienes se juegan su entrada en la universidad. Los porcentajes de aprobados han variado respecto a antes y después del Covid: en la de 2019 aprobó el 96,61% y en la de 2020, el 94,72%. Pero hay algo que no ha variado, aseguran las fuentes consultadas por Crónica Global: “La gran mayoría de los alumnos lo hacen con las máximas garantías. Los profesores se han implicado mucho, especialmente en época de pandemia”, cuando muchos de estos jóvenes debían permanecer en casa y estudiar de forma telemática.
Los docentes celebran la vuelta a la normalidad, pero quieren que se valore el “esfuerzo inmenso” que hicieron tanto los alumnos como el profesorado en época de confinamiento para poder preparar a los jóvenes de cara a las pruebas, “sobre todo superando la dejadez del Departamento de Educación, que no puso los recursos necesarios”.
Este martes comienzan tres días de vértigo que decidirán el futuro inmediato de estos jóvenes que quieren acceder a la universidad.