El ser humano es influenciable. Algo que todavía se ha hecho más evidente con las redes sociales, plagadas de influencers convertidos en modelos para niños, adolescentes y adultos, capaces de dirigir sus decisiones de compra a golpe de story. Unos influyen, otros se dejan influir. Pero, ¿es una lotería que nuestro hijo sea excesivamente influenciable?
“Todos nacemos influenciables porque nacemos sin terminar”, explica la doctora en Psicología Inés Monjas, con una amplia experiencia docente, investigadora y de divulgación en temas de competencia socioemocional en la infancia y en la adolescencia. “Nuestra forma de ser y de pensar se irá construyendo y aprendiendo a lo largo del desarrollo. Es decir, no es una lotería, nuestra personalidad no nos viene determinada de nacimiento, sino que hay una interacción única entre el niño y su contexto”, sentencia.
Afrontar imposiciones y manipulaciones
Si bien el contexto y la cultura que les rodea incidirá en que los niños sean más influenciables, más dóciles y acaten más o menos lo que se les dice, “serán los padres, sus primeras figuras de referencia, los que, funcionando como espejo, deben dotarles de habilidades y competencias sociales necesarias para afrontar imposiciones o manipulaciones”, señala Monjas.
El criterio propio, la autoestima y su seguridad personal incidirán de forma directa en su capacidad de frenar una influencia negativa. “Cuando hablamos de niños influenciables, lo hacemos de aquellos menores que no tienen un criterio propio o no tienen una seguridad personal en aquello que piensan, sienten, hacen u opinan. Por ello, una baja autoestima está directamente relacionada con niños influenciables, porque quieren pertenecer al grupo como sea”, advierte esta doctora en psicología.
La escuela, el mejor escenario para trabajar la asertividad
Monjas añade también un elemento fundamental a la ecuación: la escuela. “El colegio es un contexto, el mejor escenario para practicar el estilo asertivo, la inteligencia emocional, la empatía y el afrontamiento de problemas con sus iguales. En una clase cada uno es distinto, tienen intereses, habilidades y competencias distintas”, asegura la psicóloga. La experta recuerda que en la infancia “la figura de los profesores tiene una relevancia importantísima para los menores”, aunque lamenta que en las escuelas “hay un claro déficit de enseñanza de habilidades socioemocionales”.
Para la psicóloga especializada en infancia y adolescencia es fundamental que desde casa se sienten unas buenas bases con valores que doten a los niños de las herramientas necesarias para relacionarse socialmente. “Hay una socialización del contexto que ahora mismo está educándolos con más fortaleza que lo que se hace en casa, con los padres, porque la atracción que tienen por las tecnologías, los youtubers y los influencers es tan fuerte que a veces hasta contrarresta lo que puedes enseñarle en familia”, opina.
Por ello, Monjas señala que “cuanta más autoestima tenga un niño, más criterio personal tendrá, menos le costará discernir entre hechos y opiniones”. Algo que le hará más sencillo “no dejarse llevar por manipulaciones e impulsos”, concluye la psicóloga.