Un profesor de violín de 78 años del Conservatorio Superior de Música Eduardo Martínez Torner de Oviedo se enfrentaba a cinco años de prisión por presuntos abusos sexuales y trato denigrante a una de sus alumnas, de 20 años. El juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo celebró el pasado lunes el juicio, en el que la fiscalía solicitó cinco años de cárcel y el pago de una indemnización de 6.000 euros a la víctima por los daños causados.

El ministerio público sostiene que el procesado se aprovechó de su autoridad como profesor para insultar a la joven con expresiones como "eres una idiota, no vales para nada, eres tonta, cretina, retrasada mental, eres una mierda como persona". Tras tres cursos sufriendo este trato denigrante, la víctima decidió presentar una denuncia en mayo de 2018, según avanzó El Comercio.

Agresiones verbales y físicas

La joven ha explicado durante el juicio que notó una actitud “excesivamente cariñosa” durante las primeras clases de violín con este profesor, que la tocaba sin permiso con la excusa de corregirle la postura. "Le palpaba innecesariamente y sin pedir ningún tipo de permiso la parte superior del pecho, le agarraba la cintura por detrás o le daba golpecitos tanto por la parte inferior del vientre como por la espalda cerca de los glúteos, manteniéndose en todo momento a una distancia muy próxima sin motivo aparente alguno", explica la fiscalía en su escrito.

En los siguientes cursos, el comportamiento del profesor fue a peor, lo que provocó en la joven ataques de ansiedad "por los que tuvo que ser ingresada en el hospital". Aparte de los tocamientos y de los insultos, también le habría dado collejas, golpes en los dedos mientras tocaba, "fuertes empujones con la intención de tirarla al suelo" y azotes en la cabeza con el arco del violín.

Absuelto

Aunque la fiscalía solicitaba para él cinco años de prisión, la jueza le absolvió de los delitos que se le imputaban al considerar que solo se le podría reprobar --que no condenar-- por la utilización de métodos de enseñanza "obsoletos". En este sentido, la magistrada aseguró que el docente solo buscaba "la excelencia del resultado en la formación de sus alumnos" y que se comportaba con todos de igual forma.