La familia de la menor que se suicidó en febrero de 2020 en el Institut de Transtorns Alimentaris (ITA) de Argentona (Barcelona), ha solicitado una indemnización al centro, después de que justicia determinara que hubo un “deficiente control” en la asistencia de la fallecida.
Aunque el juez ha archivado la denuncia por homicidio imprudente presentada por la familia, abre la posibilidad a que presente una reclamación por la vía civil, según ha confirmado Sergio Santamaría, del bufete Vosseler y abogado de la madre, a EFE.
Tenía un cinturón a su alcance
La menor llevaba dos meses ingresada en el ITA de Argentona por un trastorno ansioso-depresivo con ideas autolíticas cuando se suicidó. Por estos hechos, la madre presentó una denuncia en el juzgado, que finalmente ha archivado la causa por homicidio imprudente al concluir que no existe responsabilidad penal por parte del equipo médico que asistía a la menor.
No obstante, el juez reconoce que hubo un “deficiente control por parte del centro en la asistencia de la menor”, lo que permitirá a la madre reclamar la indemnización correspondiente. El auto reconoce que la joven tenía a su alcance el cinturón con el que se suicidó ahorcándose, así como unos pendientes que utilizó para autolesionarse.
No se adoptó ninguna medida
Además, destaca que tampoco se habría "controlado ni supervisado" correctamente la medicación que tomaba la paciente, cuya autopsia reveló que presentaba 2.06 mg/l de fluoxetina –el fármaco que se le había prescrito para su trastorno psicológico-- "que, si bien no influyó en el desenlace mortal, podría haber sido letal".
La juez añade que la madre había comunicado a la psicóloga del ITA que "no había observado mejoría" en la menor desde su ingreso en 2019, pero "no se adoptó ninguna medida extraordinaria de control al no apreciar riesgo suicida inminente".