Este jueves ha arrancado en la sección octava en la Audiencia de Barcelona el juicio contra uno de los jóvenes que participó en los disturbios de las manifestaciones de febrero de 2021 en Barcelona contra la encarcelación del rapero Pablo Hasél.
La fiscalía de Barcelona solicita siete años de prisión para él por, presuntamente, usar su monopatín para romper adoquines y lanzárselos a la policía así como por arrastrar contenedores para quemarlos.
Lanzaba adoquines
Los Mossos que siguieron al procesado el día de los hechos aseguran que el joven participó activamente en las protestas de Barcelona tras el ingreso en prisión del rapero. Uno de los agentes ha declarado que vio al joven moviendo contenedores y arrancando adoquines junto a otro grupo de personas. Las piedras que conseguían partir las lanzaban contra los antidisturbios.
La detención del acusado se produjo en las inmediaciones de plaza Catalunya, cuando el procesado se había alejado de la manifestación principal. Sin embargo, dos policías vestidos de paisano lo persiguieron porque “llevaba ropa vistosa y un monopatín voluminoso”.
"Fui como curioso"
De camino a plaza Catalunya, donde finalmente fue detenido, los agentes que lo siguieron han recordando que el joven iba golpeando los escaparates de las tiendas con el monopatín y que siguió arrancando piedras del suelo que lanzó a los agentes antes de ser arrestado.
La versión de los agentes dista mucho de la del acusado, que ha declarado que estuvo en la manifestación “como curioso” y que se encontró con la multitud de forma fortuita a la salida del metro, pero que en ningún caso participó activamente en los disturbios.
Dice que estaba haciendo fotos
Sí ha reconocido que fue consciente de que la manifestación estaba derivando en actos violentos y vandálicos al ver varios contenedores ardiendo, a los que se acercó para hacer unas fotos. Fue en ese momento, según él, cuando los agentes lo cogieron por la espalda y lo detuvieron.
La defensa del acusado, de nacionalidad escocesa, solicita para él su libre absolución alegando que la versión de los agentes es “inverosímil” y que contiene contradicciones. El procesado, que vive en Barcelona desde hace cinco años y tiene trabajo y pareja estable, se enfrenta a una posible expulsión a cambio de una rebaja de la pena a cinco años de prisión.
No se ponen de acuerdo en la ropa
El letrado ha criticado la acusación del ministerio público, dado que considera que en ningún caso ha podido acreditarse que su cliente participara en los hechos de los que se le acusa. La defensa considera “inverosímil” que el joven pudiera arrancar piedras del suelo con su monopatín de madera. Se basa en que este solo presenta unos leves rayazos compatibles con el uso habitual.
También denuncia que los agentes hayan aportado versiones contradictorias como la descripción de la ropa que llevaba el joven el día de los hechos. Mientras un agente ha declarado que el acusado vestía de blanco, otro ha asegurado que llevaba una chaqueta de colores, por lo que considera esta carga probatoria, insuficiente.