Una investigación llevada a cabo por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado introducir chips de 50 nanómetros de espesor, la milésima parte de un cabello, dentro de células vivas.
Estos dispositivos permiten estudiar los procesos de división celular e incluso pueden diseñarse para interferir en el ciclo celular, impedir la división y provocar así la muerte de las células.
Destrucción de células tumorales
Aunque tradicionalmente el estudio celular se ha llevado a cabo con el uso de herramientas químicas, en esta investigación se propone el uso de nanochips para el estudio tanto de la mecánica celular, como para su utilización como fármacos.
Estos dispositivos logran modificar el funcionamiento normal de las células. Apropiadamente diseñados, pueden causar la muerte celular, por lo que podrían utilizarse para la destrucción selectiva de células tumorales, sin llegar a afectar al resto. "Impedir la división celular o retardarla gracias a un obstáculo mecánico puede ocasionar la muerte celular y ser clave en futuros tratamientos en medicina'', ha explicado la investigadora del CIB-Margarita Salas, Teresa Suárez.
50 nanómetros
"Los dispositivos se pueden diseñar con formas y dimensiones controladas a la escala de las micras y los nanómetros. En particular, los dispositivos fabricados tienen forma de estrella, un diámetro de 22 um y espesores que van desde los 50 a los 500 nm. Están fabricados en silicio y su geometría en forma de estrella los asemeja a una malla de nanofibras", ha asegurado el coordinador del proyecto, José Antonio Plaza.
Estos dispositivos se han desarrollado en la Sala Blanca de Micro y Nanofabricación del IMB-CNM-CSIC, una Infraestructura Científica y Técnica Singular (ICTS) del Ministerio de Ciencia e Innovación.