La sección primera de la Audiencia Provincial de Lleida ha condenado a cuatro años de prisión a un monitor de Lleida por abusar sexualmente de una menor de 13 años en un campamento de verano en 2019.
Además, le impone al condenado la medida de libertad vigilada por un periodo de cinco años y la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 100 metros de distancia durante el mismo periodo, así como de comunicarse con ella por cualquier medio. Asimismo, tendrá que indemnizarla con 10.600 euros. Tampoco podrá ejercer trabajos que conlleven contactos con menores durante siete años.
Le realizó tocamientos en la habitación
Los hechos por los que ha sido condenado se remontan a julio de 2019, cuando la menor acudió a unos campamentos en Áger, en los que era monitor el condenado. La joven ha relatado en el juicio que la noche del 23 de julio de 2019 el monitor entró en la habitación que compartía con otras compañeras y le realizó tocamientos por debajo del pantalón.
La joven ha explicado que pudo ver el rostro del ahora condenado gracias a la luz de incendios. Asimismo, la víctima ha explicado que el monitor se sentó en su cama y le dijo que le gustaba y que sentía cosas por ella. Aunque ella le pidió que abandonara la habitación, él la abrazó y la besó en las mejillas, muy cerca de la boca, antes de irse. La menor ha relatado que cuando el hombre abandonó la habitación se fue a dormir a la cama de un amiga porque tenía miedo. Pero este volvió.
La versión de la adolescente es "totalmente creíble"
El hombre, consciente de lo que había hecho, le pidió que no dijera nada. Sin embargo, una de las compañeras avisó a otra monitora. Asimismo la víctima llamó a su madre para contarle lo sucedido y, a la mañana siguiente, presentaron la pertinente denuncia ante los Mossos d’Esquadra.
El Tribunal considera que la declaración de la víctima es “totalmente creíble” y que denota una “inquebrantable ausencia de contradicciones”. Además, considera que no hay motivos como para que la adolescente actuara movida por “el resentimiento o la venganza” por cuanto no mantuvieron apenas relación en el campamento antes de este episodio.
Sus compañeras avalan la versión de la joven
También dotan de credibilidad al testimonio de las compañeras de habitación. Una de ellas ha explicado durante la vista que la noche de los hechos se despertó y vio a alguien sentado en la cama de la víctima, pero que se volvió a dormir.
Otra de ellas ha narrado que la víctima le pidió dormir en su cama y que cuando estaban juntas el acusado entró en la habitación y le dijo a la menor que se arrepentía de lo que había hecho. Ella, extrañada, le preguntó a su compañera qué había pasado y esta se lo contó, por lo que decidió avisar a una monitora.
Él niega los hechos
La monitora, que acudió como testigo, explicó que la menor le relató que se había despertado de madrugada como si tuviera un mal sueño y que notó algo en el muslo, “que pensó que era un bicho”. Entonces descubrió que era el acusado, que le estaba tocando el interior del muslo.
Por su parte, él ha negado los hechos y ha insistido en que solo entró en la habitación para comprobar que las menores estuvieran durmiendo. Según su versión, que no ha convencido a la Sala, la niña se despertó con la luz del móvil de él, pero ha negado que le realizara cualquier tocamiento de índole sexual.