Llega el Sant Jordi más esperado de los últimos tiempos. Tras dos años afectada por la pandemia del Covid-19, la gran fiesta de los libros y las rosas recupera la normalidad gracias a la eliminación de la práctica totalidad de las restricciones, aunque condicionada a primera hora por la climatología adversa, en una Barcelona que ha amanecido con los cielos encapotados y amenaza de lluvia a lo largo de la mañana.
De hecho, poco después de mediodía ha comenzado a descargar una espectacular tormenta de granizo que ha provocado la estampida de los ciudadanos que habían empezado a dejarse ver por el Paseo de Gràcia, epicentro de la celebración de Sant Jordi en la Ciudad Condal. Ya desde primera hora, el día no ha tenido nada que ver en lo climatológico con el del viernes, de aspecto netamente primaveral, tanto por las temperaturas como por los cielos despejados.
Aglomeraciones en la víspera
De hecho, este aspecto y las previsiones de los meteorólogos ya hizo que en la víspera se registraran las primeras aglomeraciones en torno a los puntos de venta de libros y rosas repartidos por la capital catalana, con numerosos ciudadanos en busca del regalo más tradicional de todo el año.
Aunque a lo largo de la mañana los cielos se han ido despejando, hasta el punto de que poco después del mediodía se ha podido disfrutar de algo de sol, la tormenta desatada ha terminado por lucir un día tan especial, lo que ha confirmado los temores expresados tanto por algunos políticos como por diversos actores del sector editorial.
Cabe recordar que en 2020, en pleno estado de alarma, que había sido decretado poco más de un mes antes, se celebró una edición virtual mientras que el Sant Jordi de 2021 pudo celebrarse en su fecha pero estuvo un tanto deslucido debido a que los espacios debían ser reducidos y perimetrados por motivos de seguridad.
En estos días previos, el gremio de editores se ha mostrado prudente en torno a la posibilidad de recuperar las cifras de 2019, el año anterior a la llegada de la pandemia, en el que Sant Jordi se saldó con la venta de algo más de 1,6 millones de ejemplares y una facturación en el entorno de los 22 millones de euros. Más claro lo tiene el Gremi de Floristes de Catalunya, que espera una edición muy positiva pero con cifras aún algo alejadas de las previas al Covid-19.
Cambio de ubicación en Girona
En concreto, la estimaciones apuntan a la venta de unos seis millones de rosas, aproximadamente un 15% por debajo del volumen que se manejó en aquel 2019 en el que la festividad de Sant Jordi se celebró en condiciones de plena normalidad.
En otros rincones de Cataluña, las condiciones climatológicas también han condicionado un día tan especial. Ha sido el caso de Girona, cuyo Ayuntamiento ha tomado la decisión de trasladar la feria mercado de Sant Jordi al Palau Firal de la ciudad.
La medida tiene su origen en la petición del gremio de librerías de la ciudad ante la previsión de lluvias para este sábado.