El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de ocho años de prisión para el condenado por violar y retener durante horas en un piso de Blanes a una joven durante la madrugada de 2015. El Supremo ha rechazado el recurso interpuesto por la defensa del acusado, que alegaba que la Audiencia de Girona había vulnerado la presunción de inocencia del procesado y que, además, el tribunal había valorado “erróneamente” la prueba pericial de los forenses y la inspección ocular.
Sin embargo, el Supremo descarta este extremo. “No se ha producido una lesión del derecho a la presunción de inocencia porque el tribunal ha valorado y ponderado racionalmente las pruebas para afirmar que el acusado cometió los hechos por los cuales ha sido condenado”, concluye el auto.
Solicitó su expulsión
La sección tercera de la Audiencia de Girona lo condenó en julio de 2021 por un delito de agresión sexual en concurso medial con un delito de detención ilegal, aunque con la concurrencia de una atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que tardó el caso en llegar a juicio.
En aquel momento el tribunal le impuso 8 años de cárcel y otros 8 de libertad vigilada. Sin embargo, el tribunal acordó sustituir la pena de prisión por la expulsión del país --tras concluir que el arraigo del este hombre, de nacionalidad marroquí, era nulo-- y la prohibición de regresar a nuestro país durante ocho años.
Engañó a la víctima
Los hechos por los que fue condenado se remontan a la madrugada del 1 de enero de 2015. La víctima y sus amigos celebraron Fin de Año en una discoteca de Blanes. Sobre las 7.30 de la mañana, cuando ya se iban, la chica se dio cuenta de que se había olvidado el bolso y regresó a la discoteca para recuperarlo. Fue entonces cuando el condenado le dijo que lo tenía él y que si quería recuperarlo tenía que acompañarlo a su casa, situada delante de la discoteca.
Una vez allí, el acusado la llevó a una habitación y la agredió sexualmente, pese a que la joven le pidió repetidamente que parara. De hecho, llegó a amenazarla con llamar a sus amigos para que la violaran si no dejaba de gritar. Después de estos hechos, la chica intentó huir pero no pudo, porque el acusado había cerrado la puerta con llave.
La retuvo durante cuatro horas
La víctima permaneció retenida hasta la 11.30 cuando, desesperada, le propuso ir a desayunar fuera. Una vez en la calle la chica se encontró con un familiar que llevaba un buen rato buscándola por la zona. El detenido, al verse acorralado, huyó del lugar corriendo.
Los Mossos lo detuvieron ese mismo día. La víctima padece desde entonces estrés postraumático, alteraciones del sueño y problemas de concentración. Además, evita a toda costa regresar a Blanes, el lugar que le recuerda “el episodio vivido”.