La semana pasada, en el marco de la feria Alimentaria de Barcelona, uno de los miles de visitantes que acudieron a la cita dejó su moto de marca Honda aparcada en las inmediaciones del recinto de Europa Fira en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Cuando salió del evento, su moto había desaparecido. Así lo ha trasladado a Crónica Global una persona cercana a la víctima, que pudo recuperar su motocicleta en la calle Ciutat Comtal de L’Hospitalet gracias al GPS que lleva integrado el vehículo.
El afectado asegura que la banda que cometió el robo la trasladó a un lugar apartado y allí la dejó "enfriar" --o "congelar", en la jerga policial--. Así lo confirma uno de los mecánicos de Giner Electromecánica S.L., una empresa local que cuenta que estas bandas suelen trasladar sus botines hasta una zona con menor afluencia de personas. Allí esperan durante varias horas ejerciendo una labor de vigilancia. Los grupos criminales son conscientes de que muchos propietarios cuentan con apps de localización, por lo que no pueden seguir el recorrido de su moto en tiempo real. Si nadie la reclama al cabo de unas horas, las desmontan y las destinan a la venta de piezas. “A excepción del chasis, que tiene un número de bastidor”, confirman los mecánicos.
De los coches a las motos
Este método, que a priori podría parecer complejo, no es novedoso. Hace ya mucho tiempo que se emplea para sustraer turismos, aunque hasta el momento este modus operandi no era popular entre los ladrones de motos. Desde Giner Electromecánica explican que los ladrones solo tienen que hacerse con un dispositivo que permite copiar la frecuencia de los emisores. Una vez duplicada la señal, pueden abrir el coche, aunque no arrancarlo.
El mismo extremo confirman fuentes de los Mossos d’Esquadra, que aseguran que los ladrones que se han especializado en el robo de vehículos utilizan tanto inhibidores de frecuencia --para evitar que el dueño lo cierre cuando se aleja-- como dispositivos para clonar la señal y poder abrirlos. Pero, en cualquier caso, esto no les permite arrancarlos, solo acceder a su interior. Aunque es un método habitual para hacerse con coches de determinadas marcas, como Range Rover o Porsche Cayenne --destinados a la venta en el mercado negro, al despiece o a su uso en alunizajes-- hasta ahora no hay constancia de que esta técnica se haya usado en motocicletas. El motivo, explica un portavoz de Honda, es que el radio de acción de la antena receptora es de pocos centímetros, lo que dificulta la maniobra sin despertar la sospecha de los propietarios.
Honda, objetivo de los 'cacos'
A pesar de que la Guardia Urbana confirma que “los robos de motocicletas son constantes” en la ciudad metropolitana, no pueden atribuirlo a un fallo de seguridad en la electrónica. “No se suele ser tan específico en las incidencias, solo se registra la zona en la que se ha producido el incidente o si se trata de un vehículo al que se le estaba haciendo algún tipo de seguimiento”, matizan.
Por su parte, desde Mossos d’Esquadra subrayan que, aunque no tienen conocimiento de un incremento de pillajes de motos Honda por un problema de seguridad o de clonado de las llaves, aseguran que las de esta enseña son las preferidas de los ladrones. “Simplemente porque hay muchas”, resumen las fuentes policiales.
Posicionamiento de la marca
Por su parte, el mismo portavoz de la marca japonesa ha manifestado a este medio que "por la información de la que disponemos, no es posible desbloquear o arrancar una motocicleta si la señal usada para desbloquear ha sido intervenida". "La señal varía cada cierto número de operaciones por lo que una señal 'captada' en el pasado no funcionará pasado un cierto número de operaciones (desbloqueo o arranque)", añaden.
De esta forma, la multinacional desarma una hispótesis que se ha hecho hueco entre algunos usuarios sobre un posible clonado de llaves electrónicas. "Se nos hace complicado pensar que unos hackers hayan podido acceder a desbloquear la moto sin presencia del conductor", concluye la compañía.