Los vecinos afectados por la explosión del bar Champi, en la calle València, 73 de Barcelona, ya habían denunciado conflictos con la propietaria del local. De hecho, la mujer, de origen asiático, “amenazó varias veces con quemar” el negocio.
La presidenta de la comunidad, Iliana Garcimarrero, se puso en contacto con la Guardia Urbana y con los Mossos d’Esquadra hace unos días para trasladarles su preocupación. Según ha podido saber Crónica Global, la mujer “tenía problemas con los clientes que acudían al bar”. “La comunicación con ella era muy difícil “, aseguran. El local del número 73 de la calle València era de alquiler y llevaba una semana cerrado. Tampoco se encontraba en condiciones salubres, manifiestan a este medio.
Viviendas destrozadas
Este martes, poco antes de las cuatro de la madrugada, una explosión ha generado virulentas llamas que han ascendido por las fachadas que han alcanzado no solo ese edificio; también a los colindantes de la calle Rosselló y avenida Roma. Ha provocado destrozos en las viviendas, que están inhabitables, y en los vehículos que estaban aparcados en esa misma zona.
Por suerte, muchos de los vecinos de la propiedad se encontraban de vacaciones de Semana Santa. Sin embargo, en el piso superior al bar (principal segundo), dormía una chica que residía allí con sus mascotas y que, afortunadamente, "se ha salvado".
"Estamos todos vivos"
El inmueble tiene graves desperfectos y los propietarios no saben todavía cuándo podrán volver a sus casas a coger sus pertenencias. El dueño del bajo donde estaba el bar ya tiene conocimiento de lo ocurrido en su local. “Estamos todos vivos, Jose”, le han comunicado por teléfono.
Hasta el lugar se han trasladado varias dotaciones de los Bomberos de Barcelona, que inspeccionan el bar y el inmueble, así como agentes de la policía. También se ha acercado el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle.