El quinto día de huelga de la comunidad educativa en Cataluña ha empezado con un escrache de docentes ante la sede de ERC, el partido del consejero de Educación, Josep González Cambray, al que exigen de nuevo su dimisión. La negociación para mejorar las condiciones laborales del colectivo sigue enrocada y los anuncios del republicano sobre los cambios que aplica tanto en su departamento como en los centros educativos aún tensiona más las relaciones con los sindicatos sectoriales.
Cambray anunció ayer una reestructuración de la consejería en que se ha fichado a un ejecutivo de la Fundació Bofill para encargarse de las competencias del currículo escolar en Cataluña. Se trata de una organización que está tan próxima a ERC que el nuevo alto cargo de la consejería, Joan Cuevas, tiene carné del partido.
Retos de Cuevas en Educación
El politólogo, que cuenta con una dilatada trayectoria en la teorización de políticas educativas, tendrá que decidir qué y cómo se aprende en los centros educativos. Cuevas se enfrenta a un gran reto, ya que entre las reivindicaciones del conflicto laboral abierto en el sector educativo se incluye negociar con los sindicatos cómo se desarrolla la LOMLOE en Cataluña para evitar lo que el profesorado considera una imposición unilateral de la consejería sin escuchar a los que están en el día a día de los centros.
También deberá aplicar la sentencia del 25% de castellano en las aulas dictada por el TSJC y el pacto lingüístico de PSC, ERC, JxCat (que ahora reniega del documento) y Comunes. Otro reto, ya que el acuerdo no solo ha generado malestar entre los miembros del Govern, también ha llevado al choque con una CUP que también ha pedido la dimisión de Cambray y amenaza con tomar medidas en la Cámara Catalana.
Protesta educativa
La lluvia no ha disipado las protestas de docentes, que vuelven a salir a la calle. Denuncian la “incapacidad de negociar” del consejero y exigen que mueva ficha para poder avanzar hacia un gran pacto que recupere la paz social en el sector. Básicamente, piden que se reviertan los recortes de 2010 y que se mejoren los recursos humanos de los que disponen para poder formar a los pequeños. Y es que la formación infantil obligatoria, la que se inicia a los tres años, ya se nota la bajada de natalidad, pero en ESO y formación secundaria (FP y Bachillerato) el aumento de alumnos es la máxima de cada curso.
El conflicto laboral no tiene visos de que se solucione en el corte plazo.