El centro de emergencias de Barcelona vuelve a ser objeto de críticas. Las instalaciones, cuyos trabajadores llaman "la sala del cáncer" por la supuesta presencia de gases cancerígenos, ha protagonizado 25 casos confirmados de esta enfermedad, lo que ha llevado a la plantilla a exigir mediciones y un cambio de sede.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha reiterado sus reproches al Ayuntamiento de Barcelona por no trasladar el centro a una nueva ubicación a pesar de que hay "varias denuncias" presentadas ante Inspección del Trabajo. Las instalaciones son utilizadas la Guardia Urbana, los Mossos, los bomberos de la ciudad y el SEM.
En estado "lamentable"
Todos estos cuerpos trabajan de forma conjunta en la Sala Conjunta de Mandos, que, según el sindicato, se encuentra en un estado "lamentable". El centro está activo 24 horas al día durante los 365 días del año.
La sala funciona desde 2005, cuando fue instalada de forma provisional en su actual edificio en la calle Lleida de la capital catalana. Sin embargo, tras 17 años, el traslado nunca se ha ejecutado.
Inundaciones y mal olor
CSIF ha denunciado que el consistorio se ha limitado a aprobar inversiones para mejorar el espacio, pero no prevé por ahora cerrarlo. "Las condiciones lamentables siguen siendo lamentables y no garantizan la seguridad y la salud laboral de sus trabajadores", ha señalado la organización en un comunicado.
Asimismo, ha asegurado que se incumple la normativa de riesgos laborales, desagües que "no aguantan", "inundaciones" en las instalaciones y un "olor nauseabundo" en el recinto, además de suciedad y equipamiento inservible.