Nueve dotaciones de Bomberos de la Generalitat han trabajado durante la madrugada de este miércoles refrescando y remojando las zonas afectadas por el incendio forestal de Roses (Girona) que ha arrasado 434 hectáreas, de las cuales 432 pertenecen al Parc Natural del Cap de Creus.
El fuego, que empezó el lunes por la noche y se propagó rápidamente debido a la sequía y al fuerte viento de la tramontana, avanzó fuera de control hasta la tarde del martes, cuando los bomberos lo dieron por controlado.
Casas amenazadas
El incendio se originó durante la noche del lunes, sobre las 23.15, en una zona cercana a Mas Oliva y se extendió rápidamente en dirección Montjoi, mientras que el flanco izquierdo lo hizo hacia Pic de l’Àliga y Mas dels Arbres. Por su parte, el flanco derecho, que avanzaba más lentamente, preocupaba por su cercanía a las casas.
La virulencia del fuego obligó a los bomberos a cortar la carretera GI-614, que une Roses con Cadaqués y algunas personas se quedaron atrapadas en cala Montjoi y cala Jòncols.
Quema de rastrojos
En las tareas de extinción han participado decenas de dotaciones terrestres de los Bomberos de la Generalitat de Cataluña, además de efectivos de los Agentes Rurales, de los Mossos d'Esquadra, de la Policía Local, del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), con carácter preventivo, así como unidades de las Asociaciones de defensa Forestal (ADF). Además, hasta ayer por la tarde, Protección Civil mantuvo activo el INFOCAT, el plan especial de emergencias por incendios forestales.
Aunque todavía se están investigando las causas de este incendio de consecuencias devastadoras, los Agentes Rurales apuntan como principal hipótesis a una quema incontrolada de rastrojos.