Culpable por unanimidad. Ese ha sido el veredicto emitido por el jurado popular este martes con respecto al acusado de haber asesinado con un hacha a su expareja en Terrassa en 2018, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a través de su cuenta oficial de Twitter.

Durante el juicio, el asesino confeso admitió los hechos pero declaró que lo hizo en un “momento de desesperación”. "No fue rabia, ni odio... Fue un momento de desesperación, porque no sabía qué hacer. Sentía que mi vida no valía nada, que era un apéndice de una mente enferma. Me desesperé y la pegué con lo primero que encontré", dijo.

Denunció su desaparición

El acusado explicó, a preguntas de su abogado, que ese día su expareja y él, que seguían conviviendo juntos, mantuvieron una fuerte discusión. En un momento determinado, él la empujó al interior del baño, donde guardaba un hacha que había utilizado para limpiar el jardín el día anterior, y la golpeó. "Por descontado no podía implicar a nadie. Me encontré absolutamente solo con una cosa absolutamente impensada y lo único que me pasó por la cabeza fue esconder el cuerpo", añadió.

El hombre enterró el cuerpo en el jardín de la casa y denunció la desaparición de la mujer ante los Mossos d’Esquadra. Los agentes descubrieron el cadáver cerca de un año después.