La esperanza para que Eloi, de 32 años y con Síndrome de Down, consiga vivir solo sin la ayuda de su madre se encuentra tras las puertas de la Universitat de Vic (UVic). Ella, con el apoyo de la institución, ha promovido un plan piloto para ayudar a que las personas con tres cromosomas 21 logren tener una vida lo más autónoma posible a través de la convivencia. Tres estudiantes de la facultad conviven con Eloi y, entre todos, aprenden en el día a día a naturalizar la diversidad presente en nuestra sociedad.
Financiado por la Fundación La Caixa, el objetivo es que “todos aprendan de todos”. Un programa que nace de la madre, cuyo fin es conseguir que su hijo viva una experiencia que, además, supone un reto no sólo para él, sino también para Anna, Pau y Marc, sus compañeros de piso y estudiantes universitarios en la capital de Osona, procedentes de Lloret de Mar, Barcelona y Mallorca. Así lo define Albert Juncà, el vicerrector de la UVic. Una historia de integración que debe servir de ejemplo para el resto de Cataluña y que culminará cuando Eloi logre su plena autonomía. Él dice que quiere vivir con su novia, de Badalona, en Vic.
El poder de una madre
La mare catalana siempre ha sido un poco como la mamma italiana. Aquella que protege, une y recoge a toda la familia. La madre de Eloi quedó sorprendida cuando su hijo, un día, de improviso, le espetó: “Mare, me estoy haciendo mayor, quiero independizarme y hacer mi vida”. No se lo podía creer. “¿Estás seguro de que lo quieres hacer?”, respondió. A lo que el joven sentenció: “Sí, estoy seguro”. Ahí comenzó esta gran aventura que ya cumple cinco años, uno en un piso con personas de Rusia, Italia y Georgia, y desde hace cuatro en el programa Down de la UVic.
“Gracias a la universidad, pero sobre todo a la mare que ha conseguido hacer esto realidad”, explica Eloi. Este es el camino que el joven decidió seguir y que tanto su madre como la UVic verán culminado cuando pueda establecerse fuera de esta tutela que, con diferentes actividades, pretende hacerlo plenamente autónomo en su día a día. La educadora social que gestiona el piso, Berta, es clara: “El objetivo es, primero, lo que Eloi quiera, pero que pueda vivir solo o acompañado con quien quiera”.
Jugar a los bolos sin barreras
Los integrantes del piso deben cumplir varias normas, pero una en especial: las actividades semanales. “Esto es porque una de las bases del programa Down es que Eloi sienta que pertenece a un grupo de convivencia”, apunta Berta. Comen juntos, ven series al más puro estilo familiar y salen días concretos para realizar actividades de ocio. Eloi, Anna, Pau y Marc recuerdan, precisamente, uno de sus recreos favoritos: los bolos.
Los martes son los bolos universitarios y, por tanto, todos aquellos con el carnet de la UVic tienen descuento. El piso va en bloque a jugar, es su actividad conjunta, pero al principio Eloi utilizaba las barras. “Pedía las barras al principio, pero al final un día le dijimos: Eloi tienes que probar sin barras”, dice Anna. A lo que Pau remarca que después de quitar esta ayuda, “hizo un strike y fue una fiesta total”. El objetivo era que todos se divirtieran en las “mismas condiciones”, y fue fácil porque sus compañeros aseguran que se anima rápido y “cuando ve que también puede pues… es una emoción absoluta para todos”.
¿Quién es Eloi?
Eloi tiene 32 años, es una persona divertida y no tiene miedo a enfrentarse a todo tipo de retos. Hasta ahora, el joven había dedicado gran parte de su tiempo a la natación. Un hobby que aún mantiene, aunque no lo practica, y que le hizo ganar varias medallas en el Special Olympics. También dio un paso en el mundo de la televisión, donde presentó el programa Per què volen els avions? (¿Por qué vuelan los aviones?) de la televisión pública catalana. Un espacio donde demostró que no existen límites para las personas con Síndrome de Down y en el que tuvo la oportunidad de entrevistar a personajes relevantes como el exfutbolista del Barça Xavi Hernàndez.
No es la primera vez que comparte piso. De hecho, hace cuatro años que vive esta experiencia con estudiantes de la UVic, aunque su ilusión es poder vivir con su pareja algún día. Eso sí, en esta localidad. Su novia es de Badalona, pero no tiene ningún problema en trasladarse a esa localidad catalana para crear un proyecto de futuro juntos. Aunque en un futuro Eloi siga por otro camino, le gustaría que este programa de convivencia continuase para poder compartirlo con otros amigos suyos con discapacidad.
El futuro del proyecto
Será la experiencia de Eloi, Anna, Pau y Marc la que decida la continuidad del programa. Pero sobre todo será la capacidad que tenga el joven de ser totalmente autónomo lo que haga que el proyecto siga adelante para que otra persona, en su situación, lo experimente. “Me gustaría explicar este programa a mis amigos para que lo prueben. Es una experiencia muy satisfactoria. Yo soy muy feliz aquí”, explica el joven.
Por el momento, se trata de una prueba piloto y, por tanto, dependerá de los resultados. El programa Down suma cuatro años de éxitos, y aunque el vicerrector de la UVic tiene esperanzas de que se repita en los próximos años e incluso se amplíe, todo dependerá de si Eloi logra vivir con su novia de Badalona o con quien él desee, sin estar tutelado.