Rachida fue desahuciada sin previo aviso tras más de 30 años residiendo en la calle Morera de Barcelona. Cuando llegó a su casa el 31 de mayo de 2021, se encontró "la puerta cerrada con cadenas" y, desde entonces, nunca más pudo entrar. Ni siquiera a recoger sus cosas. Según la Asamblea de Vivienda Raval Rebel, unos "grandes propietarios" compraron el bloque donde vivían ella y otros vecinos, que poco a poco fueron obligados a abandonar sus hogares.
Desde ese momento, esta mujer de 60 años sufre "depresión y ansiedad". Unos problemas que se suman al asma grave que siempre ha tenido, pero que ha empeorado por las condiciones en las que se encuentra. Y es que actualmente "malvive en un hostal donde los productos químicos que utilizan para limpiar le perjudican, no puede cocinar, no tiene privacidad y está alejada de su círculo de apoyo".
Un piso de alquiler social podría tardar tres años
Hasta ahora, Rachida ha preferido no explicar nada sobre su situación por "miedo" a que esta campaña le salga en contra. La alternativa que desde servicios sociales le dieron es, "tristemente, un caso típico de realojo en un lugar que no es digno", explican desde la Asamblea de vivienda Raval Rebel. Esta debería ser "temporal" hasta poder acceder a un piso de alquiler social que, según dicen, podría tardar hasta tres años. Algo que no puede soportar.
Por eso, la mujer ha reclamado una reunión a "todos los implicados --servicios sociales, vivienda y el responsable del distrito-- para que se pongan las pilas" con su caso. Exige que desde la Administración pública se le ofrezca de forma inmediata una alternativa en condiciones, como la vivienda que tenía antes y que le quitaron sin previo aviso. "Quiero un piso, un lugar digno para vivir más tranquila".
Exige una solución a servicios sociales
Este miércoles un grupo de personas se han concentrado en la puerta de las oficinas de los servicios sociales para exigir una solución. De esta forma, Rachida ha logrado un encuentro que se producirá el miércoles o el viernes de la próxima semana. Sin embargo, tiene pocas esperanzas de que llegue a producirse porque "no sería la primera vez" que le han dado plantón.
Según fuentes de la asamblea --que siguen de cerca el caso de esta vecina--, la pensión que cobra por el grave asma que tiene es "insuficiente para pagarse un alquiler a precio de mercado". Su historia es otra de las muchas que proliferan cada vez más debido a la escalada de la pobreza y el nivel de precariedad que existe en la ciudad.