El Govern tiene previsto declarar la prealerta por sequía en la región de Barcelona, después de que durante el año 2021 el Observatori Fabra únicamente haya registrado el 50% de las precipitaciones habituales, que significan unos 300 litros. Se trata de una medida que se adopta cuando los embalses están a menos del 60% de su capacidad. A estas cifras, se une el hecho de que las predicciones para los próximos meses no anticipan la llegada de precipitaciones suficientes como para compensar la falta de lluvias hasta ahora.

En un artículo publicado en La Vanguardia se explica que la declaración de la prealerta por sequía supondría intensificar el uso de los recursos hídricos procedentes de las desalinizadoras de Blanes y de El Prat, que a día de hoy ya funcionan al 85% de su capacidad. Por otra parte, se haría una monitorización minuciosa del consumo de agua que hacen los municipios, la industria y la agricultura, entre otras actividades. En el caso de que los embalses bajen del nivel del 40%, se declarará la alerta por sequía

El embalse de La Baells / EP

Nueva desalinizadora

Con el fin de combatir el cambio climático y su impacto en el ciclo de agua, la Generalitat trabaja en la planificación hidrológica hasta 2027. Entre otras medidas, se prevé construir una nueva desalinizadora con capacidad de 60 hectómetros cúbicos y que se ubicará cerca de la que ya hay en Blanes.

Por otra parte, se prevé la construcción de 35 nuevas plantas de regeneración para impulsar el trabajo de las depuradoras. Otra medida sobre la mesa es triplicar la capacidad de agua que se recoge del Besòs a su paso por Santa Coloma de Gramenet. La cuarta desalinizadora, que se ubicaría en la zona de Cunit, no se construirá antes de 2027.

Agricultura, en peligro

En el resto de Cataluña la situación tampoco es para nada buena dado que los embalses están al 56% de su capacidad. En estos valores se ubican los del Ter y del Llobregat, que abastecen la región de Barcelona y que hace un año estaban al 85% de su capacidad. 

Imagen de la desalinizadora de Tordera (Girona), uno de los activos que Acciona gestiona en Cataluña de la red ATLL / ATLL

La falta de agua afecta de forma importante al cultivo agrícola de invierno, que en esta época empiezan su proceso de germinación. Las zonas más afectadas son las que se ubican en el sur, debido a que hace más calor y el proceso empieza antes. En cambio, las del centro de Cataluña, más frías, pueden aguantar un poco más. Las precipitaciones de los próximos meses definirán la afectación final en el cultivo de avellanos, olivos y almendros.