Este lunes se celebra en la Audiencia de Barcelona el juicio contra un hombre que encerró a un menor de edad en una jaula de fabricación casera instalada en su huerto y, como condición para dejarlo salir, lo obligó a que se desnudara mientras lo grababa con su teléfono móvil.
Además, en los días posteriores a este episodio, el adulto amenazó al menor, de 13 años en aquel momento, con varios castigos de carácter sexual como requisito para no hacer público el vídeo filmado en el huerto.
Lo encerró en una jaula
El acusado, que en aquel momento tenía 19 años, ha reconocido que era amigo de la víctima y que habían estado varias veces juntos en su huerto. El día de los hechos, el 2 de diciembre de 2018, el presunto autor se encontraba en un bar cuando recibió una foto de su parcela en la que se veía a varias personas. “Fui al huerto y me encontré con siete u ocho chavales ahí metidos”, ha recordado.
Uno de ellos era D., la víctima. El acusado ha reconocido que en la cabaña había una jaula que él mismo había construido para guardar herramientas y que, enfadado con el menor por haberse colado en su terreno sin su permiso, le dijo: “Si te gusta tanto el huerto, quédate en el huerto”. A continuación, lo hizo meterse dentro y cerró la puerta. Sin embargo, niega que lo empujara y que hubiera cerrado la puerta con llave. “Eso hay que cerrarlo con un candado, él podía salir. Me aparté unos metros y volví para abrir, lo dejé salir al momento”, ha explicado.
El menor no podía salir
La acusación particular ha señalado una contradicción durante la declaración del acusado: “¿Cómo es que volvió para abrir la jaula si dice que podía salir solo?”, ha preguntado la letrada. “Porque estaba tonto, o ¿es que no me ha escuchado?”, ha espetado a la abogada. “Puede responder, pero no faltar al respeto a nadie de este tribunal'', lo ha reprendido el juez.
Sobre la grabación, el acusado niega que hubiera filmado al menor mientras este se encontraba desnudo dentro de la jaula. “Se bajó los pantalones y la ropa interior. Yo no lo grabé. Hice el gesto, pero no lo grabé. Él podía creer que lo estaba grabando, claro”, ha confesado.
Le pidió que mantuvieran relaciones
En los días posteriores el acusado chantajeó al menor a través de Whatsapp con publicar el vídeo que supuestamente había filmado si no realizaba varios castigos, siempre de carácter sexual. En un primer momento le solicitó que regresara al huerto para mantener relaciones con él. Ante la negativa del menor, le pidió que se grabara vídeos íntimos y se los enviara. “Quería que se sintiera como yo me había sentido, pero no hubo ninguna violencia física ni moral. No me pareció degradante pedirle un vídeo masturbándose”, ha declarado el acusado.
Sin embargo, la fiscal ha explicado que en las respuestas del menor denotaban el miedo que sentía hacia el acusado: “Déjame hacer otro castigo, déjame ayudarte en el huerto”, le rogó. El acusado se ha justificado diciendo que lo hizo porque “él había invadido su intimidad y quería hacérselo entender”.
Diferencia de madurez
La fiscal ha recordado que el acusado estaba en sus plenas facultades mentales cuando cometió estos hechos, “que no ha quedado probado que tuviera una actitud infantiloide y que víctima y agresor no mantenían una relación de igualdad debido a la diferencia de edad entre ambos”.
Según el relato del Ministerio Público, el acusado se quedó a solas con la víctima aún sabiendo que era menor y que cursaba 2º de la ESO. Considera probado que lo hizo entrar en la jaula, donde el adolescente tuvo que permanecer varios minutos agachado. “Eso es constitutivo de un delito contra la integridad moral al tratarse de un trato degradante y vejatorio”, ha asegurado. El supuesto vídeo, “existiera o no, fue usado para coaccionar a la víctima, que desde el principio ha mantenido un relato creíble, coherente y sin contradicciones”.
Los polémicos argumentos de la defensa
El abogado del acusado ha ejercido la defensa a su cliente con un polémico argumentario. “El acusado no ha matado a nadie, le ha pedido una masturbación”, ha explicado durante las conclusiones definitivas. “El menor lo hizo libremente, no había nadie con ninguna pistola obligándolo y lo hizo en la intimidad de su casa”, ha continuado. Para remarcar que su defendido no abusó de él “porque nunca hubo contacto físico”, ha asegurado que “es heterosexual”. Finalmente, en un intento de restarle importancia a los hechos ocurridos, ha insinuado que lo que sucedió fue una nimiedad argumentando que, en comparación con el volumen de contenido pornográfico que hay en internet, "esto es lo menos grave”.
Sin embargo, el Ministerio Público solicita para el acusado 14 años de prisión por un delito contra la integridad moral, un delito de coacciones y un delito contra la indemnidad sexual, por la elaboración de material pornográfico protagonizado por menores de edad. Además, la acusación particular ha solicitado que se le inhabilite para trabajar con menores y que se le imponga una orden de alejamiento del adolescente.