Este jueves ha arrancado el juicio en la sección décima de la Audiencia de Barcelona contra un hombre acusado de un delito de agresión sexual y de descubrimiento y revelación de secretos.
Los hechos por los que está acusado se remontan al 16 de abril de 2016 cuando, según el informe de la fiscal, violó a una mujer a la salida de una discoteca de Mataró y difundió imágenes de la víctima a través de un grupo de Whatsapp, por lo que solicita para él una pena de 14 años de prisión: 10 por la agresión sexual y cuatro por haber grabado a la joven en actitud sexual.
Ella decidió parar la práctica sexual
Según el escrito del Ministerio Fiscal, víctima y agresor se conocieron a la salida de la discoteca Classic de Mataró y, de mutuo acuerdo, decidieron ir a un edificio cercano al local de ocio nocturno para mantener relaciones sexuales consentidas. Mientras la joven le realizaba una felación, el acusado grabó la escena con su teléfono móvil “sin su conocimiento ni consentimiento”, y compartió las imágenes a través de un grupo de Whatsapp con sus amigos.
En un determinado momento, la joven decidió que no quería continuar con la práctica sexual. No obstante, la fiscal mantiene que “el procesado, actuando con intención libidinosa y de satisfacción sexual, la arrinconó contra la pared del edificio a pesar de que la víctima se negaba a mantener relaciones sexuales mientras gritaba ‘que no, que no’ y suplicaba que la dejara”. Siempre según el escrito de la fiscalía “él la agarró del cuello y, mientras la mantenía arrinconada contra la pared, la penetró vaginal y analmente, mordiendo a la víctima en la cara y en la espalda”.
Niega la violación
El acusado ha admitido que grabó las relaciones sexuales pero niega la violación. “No sé por qué lo hice. Fue una mala decisión, supongo que a raíz de la euforia de la noche, de la satisfacción de haber ligado…”, ha confesado en relación a la grabación del vídeo.
Sin embargo, ha negado taxativamente la violación. Durante su declaración ante el juez el procesado ha asegurado que las relaciones fueron consentidas y “apasionadas” y niega que hubiera forzado a la joven. “No concibo el sexo con violencia”, ha dicho.
Llegaron a un acuerdo amistoso
En 2019 víctima y acusado llegaron a un acuerdo amistoso en el que el hombre la indemnizó con 16.000 euros “consciente del daño” que le había ocasionado al haber registrado en vídeo el primer encuentro sexual. Con este gesto el acusado ha asegurado que intentó “mostrarle su sentimiento de culpa”.
No obstante, esto no lo exime de la responsabilidad de la comisión de un presunto delito de agresión sexual y de descubrimiento y revelación de secretos, por lo que la fiscal ha mantenido durante la exposición de las conclusiones preliminares la petición de una pena de 14 años de prisión.