El fiscal solicita prisión permanente revisable para la abuela y la madre de un bebé asesinado en Tarragona en marzo de 2020, cuyo cuerpo nunca ha sido hallado. El Ministerio Público ha calificado los hechos como un delito de asesinato de un menor de 16 años con los agravantes de alevosía y parentesco.
Según el escrito de la Fiscalía, la joven de 20 años se quedó embarazada durante un viaje a Marruecos en el verano de 2019. Como no quería seguir adelante con el embarazo, para que su padre no se enterara y porque deseaba continuar con sus estudios, el 13 de noviembre de 2019 acudió al CAP de Torreforta, en Tarragona, para que le suministrasen la pastilla abortiva.
Intentó abortar varias veces
Como ya había superado las nueve semanas de gestación, la derivaron a una clínica de Tarragona para que le realizaran un aborto. No obstante, la joven acudió varias semanas después, en concreto, el 3 de diciembre. Una vez en la clínica, los facultativos le comunicaron que no podían hacérselo porque ya había superado las 14 semanas de embarazo y fue derivada, de nuevo, al CAP. La opción que le ofrecieron fue acudir a una clínica especializada de Barcelona o bien realizarle un seguimiento del embarazo si finalmente decidía no interrumpirlo.
El 10 de diciembre la joven regresó de nuevo a la clínica de Tarragona y solicitó abortar allí alegando que le resultaba imposible desplazarse hasta Barcelona debido a varios problemas familiares. Sin embargo, el centro la derivó de nuevo a su CAP de Torreforta y le proporcionó un informe para que pudiera solicitar ayuda a los servicios sociales.
La arrojaron a un contenedor
Ante el temor de que el padre se enterara, la joven solicitó ayuda a su madre. Ambas acordaron que la chica continuara con sus estudios hasta dar a luz en el domicilio familiar. Una vez hubiera nacido el bebé, decidieron que acabarían con su vida.
Entre el 3 de marzo y una fecha indeterminada de abril, la joven dio a luz a una niña. El fiscal sostiene que la madre de la criatura intentó asfixiarla tapándole la nariz y la boca, sin llegar a conseguirlo. Según la versión del Ministerio Fiscal, la joven escondió a su hija, todavía con vida, en el interior de un armario hasta que, al día siguiente, su madre se deshizo de ella arrojándola a un contenedor.
Se lo contó a varias compañeras
El caso se descubrió después de que la joven retomara sus estudios en el mes de octubre, cuando confesó a varias de sus compañeras de clase lo sucedido. Los Mossos abrieron una investigación a principios de diciembre de 2020 y arrestaron a las dos mujeres en el mes de abril de 2021.