Una de las cuatro mujeres detenidas por el ‘crimen de la mano’ continuará en la cárcel. Así lo ha decidido la Audiencia de Tarragona, que ha ratificado la prisión provisional. No obstante, ha acordado la libertad para otra de las detenidas al considerar que no estuvo directamente implicada en la muerte de la víctima.
En el documento, la Audiencia Provincial recoge que R. M. R. conducía un turismo Opel Astra en compañía de R. C. C. cuando la Guàrdia Urbana les dio el alto. Durante el registro del vehículo los agentes encontraron dos hachas manchadas de sangre y una bolsa de plástico. Al abrirla una mano humana cayó sobre el asfalto. Los agentes requirieron la presencia de los Mossos, que hallaron varias prendas con salpicaduras de sangre y botellas que contenían ácido clorhídrico y lejía.
Limpió la escena del crimen
A raíz de este macabro hallazgo, los Mossos efectuaron una entrada y registro en el domicilio de R. C. C. donde encontraron varias herramientas y restos de sangre, principalmente, en la bañera. Los investigadores creen que los presuntos autores del crimen descuartizaron el cadáver en el cuarto de baño y se deshicieron de los restos. Sin embargo, se olvidaron de una de las manos de la víctima en el interior del maletero.
Sobre la mujer objeto del auto judicial, S. G. R., el escrito asegura que se encontraba en la finca en el momento del crimen y que se está estudiando su grado de participación en estos hechos. Posteriormente, se ha podido constatar que acudió a un establecimiento cercano para comprar varios productos de limpieza, por lo que los investigadores creen que pudo colaborar en la destrucción de pruebas y en las tareas de ocultamiento del cadáver.
Se reunieron en un hotel
El auto también recoge que, el mismo día de estos hechos, la mujer se reunió con los otros investigados. Los seis sospechosos se dieron cita en un hotel de La Pineda, donde permanecieron juntos durante varias horas. Ese día, la Guàrdia Urbana interceptó el vehículo con la mano dentro y se efectuaron las primeras detenciones. A partir de ese momento la mujer permaneció en paradero desconocido hasta que, cinco días después, fue detenida.
Según el testimonio de otra de las detenidas, S. G. R. fue la encargada de repartir los restos mortales en bolsas y también fue quien las cargó en el maletero del Opel Astra, que es de su propiedad. A pesar de tener arraigo familiar en Vilaseca, la Audiencia de Tarragona alega que estuvo cinco días desaparecida para justificar la existencia de un elevado riesgo de fuga y, por eso, ha decidido mantenerla en prisión.