La sala de apelación del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha absuelto a una mula, una mujer que transportaba droga escondida en su cuerpo, por considerarla víctima de la trata de seres humanos.
Los magistrados han revisado la sentencia emitida por la Audiencia de Barcelona en junio de 2020. Concluyen que la situación de extrema vulnerabilidad económica que atravesaba la afectada justifica su participación en estos hechos delictivos. Tanto, que no es responsable directa del delito.
28 bolas de cocaína
La joven se encuentra en prisión provisional desde 2019. Llegó al aeropuerto de El Prat el 11 de agosto de ese mismo año en un vuelo procedente de Lima, Perú, y albergaba en su interior 28 preservativos que contenían un peso total de 474,80 gramos de cocaína de una pureza superior al 80%. El precio aproximado de la droga asciende en el mercado negro a los 44.282 euros. El hallazgo de la sustancia ilegal se produjo después de que la ahora víctima de trata fuera interceptada por las fuerzas de seguridad del aeropuerto y sometida, de forma voluntaria, a un control radiológico abdominal.
Malvivía con su bebé en una chabola
La mujer era madre de un bebé de cuatro meses, nacido de forma prematura, con el que malvivía en un barracón de zinc de los arrabales de Lima junto a su madre, dos hermanos y a otras dos personas. En aquel momento, la única que aportaba escasos ingresos a la unidad familiar era su progenitora.
Para que la familia pudiera salir adelante, la joven buscaba trabajo de forma desesperada. Para ello, publicó varios anuncios en los que solicitaba su contratación. Poco tiempo después fue contactada por la organización criminal, que le ofreció 4.000 euros a cambio de transportar casi medio kilo de cocaína en su interior. Los miembros del grupo le proporcionaron un pasaporte y un billete de avión con destino a Barcelona. Además, le suministraron medicación para facilitar la deglución de las bolas, que tuvo que ingerir en su presencia. Posteriormente la trasladaron hasta el aeropuerto y le comunicaron que a su llegada a España la recogería otra persona.
“No tuvo otra opción”
Aunque la primera sentencia recoge que la mujer “sabía que llevaba cocaína, que iba a cobrar por ello y que pudo decirles a los ofertantes que no le interesaba”, el Ministerio Fiscal interpuso un recurso de apelación ante el TSJC por el contexto de la afectada. La tesis que finalmente ha triunfado.
Una vez revisado el caso, el TSJC considera que la situación personal de la afectada era tan trágica que “no tuvo más opción real o aceptable que someterse al abuso” del grupo criminal, que se aprovechó de “su vulnerabilidad” para captarla. Por este motivo, los magistrados consideran que deben de absolver y absuelven a la acusada, que hasta la emisión de este fallo continuaba reclusa de forma provisional en un centro penitenciario de Cataluña. Ordena su inmediata liberación.